Demasiado pronto para tantas cosas
Dicen que la adolescencia es para equivocarse, para probar, para aprender. Para reírse por tonterías, para llorar sin saber bien por qué, para soñar en grande. Pero, ¿qué pasa cuando a una muchacha de 14, 15 o 16 años le cambian los planes de golpe? Cuando en lugar de estudiar...
Leer más