Con alegría, pero también con mesura, como lo exigen estos tiempos de pandemia, Cuba festejará los 60 años que cumplen hoy los círculos infantiles, una de las obras más hermosas de la Revolución en favor de la niñez y su desarrollo integral, y por el empoderamiento y la plena igualdad de la mujer.
En La Habana, provincia donde surgieron y que cuenta con el mayor número de instituciones educativas de este tipo, acontecerá esta mañana el acto central a propósito de la celebración: breve, con pocos invitados, pero muy emotivo y lleno de amor, al decir de la máster en Ciencias María de los Ángeles Gallo, directora nacional de la Primera Infancia en el Ministerio de Educación (MINED).
Viaje a la semilla devendrá la conmemoración, que tendrá por sede el círculo infantil Camilo Cienfuegos, en Centro Habana, uno de los tres inaugurados el 10 de abril de 1961, y que como el «Ciro Frías», en Arroyo Naranjo, y «Fulgencio Oroz», en 10 de Octubre -los otros integrantes de aquella triada pionera- han sido objeto de una reparación capital y, 60 años después, lucen como nuevos.
Esta celebración no es únicamente de las educadoras y demás trabajadores de los círculos, ni de los niños y niñas que a estas instituciones asisten, ni de los miles y miles de cubanos que en su temprana infancia allí fueron para aprender y jugar; también lo es de la familia y de todo el pueblo, afirmó la directiva del MINED.
En estos 60 años siempre nos ha acompañado y apoyado; ahí donde hay un círculo infantil, la comunidad está presente, para cuidarlo, para colaborar en cuanto haga falta, recalcó.
Sembrados están en el corazón de los cubanos, como algo entrañable, un lugar especial, casi mágico, en el que los niños son felices y las familias sienten la tranquilidad de dejarlos cada mañana en manos de las «seños», «mamis» y «tías» que los quieren, protegen y educan, significó la máster en Ciencias.
Y es que al concebir su creación y confiar la tarea a la naciente Federación de Mujeres Cubanas y a su presidenta, Vilma Espín, el Comandante en Jefe Fidel Castro no pensó a los círculos como guarderías, un sitio solo para cuidar y entretener a los pequeños, sino, por sobre todas las cosas, para educarlos, destacó.
No por gusto o por lisonja, el líder de la Revolución afirmó que son, quizá, la más importante institución de educación de Cuba, tanto y casi hasta más que una universidad, porque es ahí donde se adquieren los primeros hábitos de convivencia, valores, normas de conducta y conocimientos para toda la vida, enfatizó.
Centrados en la superación del personal, el perfeccionamiento del proceso educativo y ese fin supremo de lograr el máximo desarrollo integral posible en tan tempranas edades, llegamos a este 10 de abril, puntualizó la directora nacional de la Primera Infancia en el MINED.
A estas prioridades sumó el trabajo con la familia, que urge seguir fortaleciendo, para que comprenda y asuma cada vez mejor y con los conocimientos necesarios, el rol protagónico y decisivo que le corresponde en la formación de los niños y en el pleno desarrollo de sus potencialidades.