Al amparo de la Resolución 382 del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), el 20 de marzo de 1963 fue constituida la Empresa de Semillas, para producir, acopiar y beneficiar las simientes, además debía definir y coordinar la importación de las que fueran necesarias y comercializarlas en el país.
Desde finales de 2008 fue creada la Empresa Productora y Comercializadora de Semillas, con unidades empresariales de base (UEB) en cada provincia. Pinar del Río atesora una larga experiencia y aunque la actividad no está exenta del impacto de la crisis económica, en los campos del occidente de Cuba se batalla por obtener esas pepitas en las que se esconde la génesis de la vida vegetal.
ORGULLO DESDE EL SURCO
En ellas se encubre la vida, sosegadas aguardan llegar a la tierra para silenciosamente enraizarse y luego erguirse sobre la superficie, despuntan y muestran de a poco sus encantos hasta que acrisolan belleza, sabor y aroma en el fruto, para que el ciclo se repita una y otra vez sin perder ni un ápice de esplendor, por lo que se precisan manos avizoras que pongan a salvo la simiente.
“Para mí es un orgullo pertenecer al sistema de producción de la Empresa de Semillas, ya llevo 14 años con ellos, y son un colectivo maravilloso”, asegura Juan Manuel Acosta, socio de la cooperativa Agustín de la Cruz del municipio de Pinar del Río.
En sus tierras obtiene pepitas de soya, maíz, frijol, pepino y cualquier otro cultivo que se requiera, actualmente incursiona con el sorgo y el girasol. Es uno de los campesinos que habitualmente participa en la campaña tabacalera, Ian destruyó sus cuatro casas de cura, lo que le llevó a centrar sus esfuerzos exclusivamente en la producción de semillas.
“A pesar del ciclón y de la escasez de insumos, sembré frijol y salí bien, tuve buena producción, le puse lo que tenía que ponerle, mi esfuerzo personal, yo vivo de mi trabajo”.
La semilla es lo primero, afirma con la convicción de quien conoce profundamente el tema sobre el que habla, y expresa su satisfacción por pertenecer al colectivo que se dedica a esa actividad en la provincia, “esto es algo que tenemos que defender”.
José Ángel Ortúzar, productor asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) 26 de Julio en Consolación del Sur, lleva más de 15 años vinculado a la obtención de semillas, en sus tierras que hasta hace poco atendía junto a su padre Rogelio se fomenta el extensionismo en busca de la mejora varietal de varios cultivos.
Han trabajado en especial con los granos y con el propósito claramente definido de incrementar rendimientos y resistencia de las plantaciones, a la vez que involucran a otros campesinos de la propia estructura productiva y un poco más allá.
Roberto Barrabé, productor de la CCS Pascual Martí, afirma que una buena semilla es el eslabón más importante de la cadena agrícola, “porque de ahí parte todo”.
Con 20 años de experiencia en la actividad, asegura que es un orgullo representar al resto de los productores, y le gusta hacerlo por la exquisitez que demanda, ya que si no se hace con esmero se pierde potencial de germinación, salud vegetativa y rendimiento, le satisface ofrecer eso a otros agricultores, porque es todo lo que necesita una planta.
EN LA INDUSTRIA
En el campo se gesta la primera etapa de esta producción que luego requiere beneficio, clasificación y conservación, para que haya disponibilidad en el momento preciso.
Radicada en Consolación del Sur está la planta La Victoria, que cumple con el encargo de procesar las semillas. Luis Daniel Hernández, jefe de brigada en ella, explica que lo primero es la recepción, paso importante para evitar futuros equívocos en cuanto a la variedad.
El secado y beneficio se supervisan con rigor, porque de la calidad con que se ejecuten dependerá que la semilla preserve sus propiedades y se conserve adecuadamente en los frigoríficos.
La capacidad de la industria les permite asumir el procesamiento de producciones de otros territorios y entidades que no pertenecen al Minag.
CALIDAD Y RESPONSABILIDAD
Ante la demanda siempre creciente de alimentos, la agricultura tiene el reto de alcanzar mayores rendimientos sobre la misma superficie. Contar con un grupo de productores elites, especializados en obtención de semillas, es una gran fortaleza, para una entidad que obtiene, custodia y comercializa la vida vegetal.
Sustituir importaciones y satisfacer las demandas de los agricultores de la provincia es su principal meta, ser conscientes de ello implica responsabilidad. Son indispensables para que la soberanía y seguridad alimentaria y nutricional se hagan realidad.