Benjamin Franklin trabajó incansablemente con la electricidad. No en vano fue el inventor del pararrayos. En sus investigaciones utilizó animales innumerables veces, ya que en la época en que vivió no se tenía ninguna consideración a la vida animal. Con sus experimentos incluso consiguió animar a alguna criatura muerta. Uno de los experimentos que hizo, le llevó a intentar cocinar con electricidad, generándose así uno de los más terribles errores de la ciencia.Franklin cogió un pavo e intentó electrocutarlo para después consumirlo, pero algo salió mal y el que recibió la descarga eléctrica fue él. El pavo por suerte no recibió ningún daño. Avergonzado, el inventor, editor y político norteamericano, se lo relató a su hermano en una carta, rogándole que no comentase su error. No sirvió de nada y al poco tiempo la anécdota era conocida por sus conciudadanos.

5. La noción de herencia de Charles Darwin