Después de los recientes informes de la Covid-19 en todo el país y especialmente en Pinar del Río no tengo nada que añadir en cuanto a la protección de las personas, pero sí muchas interrogantes para si alguien quisiera responderlas.
A dónde van tantos mensajes durante 12 meses, explicando la rapidez de infestación del Sars Cov2 y su demostrada letalidad, que la gente no acaba de entender?
Cómo es posible que muchos responden más rápido cuando los amenazan con multas, que cuando les demuestren que por su causa pueden morir sus padres, abuelos, hijos o hermanos.
Para qué tanto desvelo de autoridades –incluye médicos, enfermeros y técnicos- de Salud que arriesgan su vida, si a fin de cuentas a una parte de la población no le interesa su labor.
Han comprendido los irresponsables que aunque sean minoría, tienen mayor influencia sobre la sociedad para contagiar y matar, que los respetuosos de las medidas para salvar.
Por qué algunos con su actitud negativa quiere producir un suicidio masivo, porque a pesar de lo explicado del rebrote en las fiestas navideñas, se les advirtió mesura para el 14 de febrero y sin embargo, decenas de conocidos organizaron festejos.
De dónde viene esa absoluta creencia de que el vecino se puede infestar, pero a mí no me dañará.
Qué significará para la población la percepción de riesgo, protección del peligro, dispersión y trasmisión de un virus de alta letalidad y otro conjunto de frases fáciles de entender.
De qué han servido tantos mensajes de especialistas, desde epidemiólogos hasta matemáticos y políticos sobre el comportamiento de la pandémica enfermedad.
Ya que no les ha interesa lo científico, ¿tampoco han entendido los chistes, memes, dibujos, caricaturas, poemas, cuentos, todo sobre cuánto peligra la humanidad?.
Hay muchas más preguntas, pero creo que si una parte de la población no ha entendido hasta ahora la principal, que es el peligro de muerte de la Covid-19, no creo que entiendan las otras.