Entre los valores patrimoniales que Viñales atesora y debe conservar se encuentra la arquitectura vernácula, que tiene en las tejas de barro uno de los elementos distintivos, disponer de las mismas, por años, ha sido un problema al cual no se lograba dar solución.
Tras la articulación de varios actores se vislumbra que el tono rojizo de los techos locales, especialmente en el centro urbano, podrá seguir identificando al poblado.
ENCADENAMIENTO
Raúl Morales Carrillo, intendente del municipio, explica que tienen muchas necesidades acumuladas, “tuvimos un tejar, hace tiempo que dejó de producir, ahora la estrategia es recuperarlo para poder edificar a partir de las características del territorio”.
La alternativa en implementación es un Proyecto de Desarrollo Local (PDL), Barros Viñales, aprobado por el Consejo de la Administración y la Asamblea del Poder Popular, cuenta con financiamiento, aunque todavía están en la creación de la cuenta.
Intervienen en él Construcción Civil y un actor económico no estatal, la mipyme La Cueva. Morales Carrillo precisa que estos últimos ya ejecutan acciones como la construcción del primer horno, porque la intención es al menos hacer dos.
“Para poder tener producciones que sustenten lo que hablamos, son varios los elementos que se elaboran a partir del barro, y no solo se precisan tejas, contribuiría mucho al programa de recuperación de la vivienda disponer de ladrillos, por citar un ejemplo”.
Acotó que es esencial a partir de la estrategia del país de emplear los recursos endógenos para solucionar los problemas del fondo habitacional, y ellos poseen yacimientos de barro de alta calidad, ubicados principalmente en el consejo popular República de Chile.
En este mes de febrero esperan realizar la primera quema. De acuerdo con los plazos pactados con la mipyme, reconoció que necesitan maquinaria para la explotación óptima del tejar, porque con métodos rústicos y artesanales no alcanzarán los volúmenes deseados.
EN EL TEJAR
Yosbel Fernández Martínez, socio de La Cueva, fruto de un emprendimiento familiar, del que también forman parte su mamá y hermano, refiere que a pesar de que el servicio de restaurante y cultivo de la finca, con prácticas agroecológicas, han sido hasta el momento las actividades fundamentales, y las cuales sienten como un legado de su abuelo, esta incursión es también un tributo a su memoria que vendía en su establecimiento comercial materiales para la construcción.
Añade que es una de las necesidades más acuciantes de la población, disponer de casas sólidas, y una manera de aportar a que Viñales conserve sus valores patrimoniales; a la par, es un modo de diversificarse: “Eso fue algo que nos enseñó la pandemia, no podemos dedicarnos exclusivamente a servicios turísticos.
“Cuando llegamos aquí, ya el horno estaba en construcción, se habían cometido errores que subsanamos, y seguimos a partir de ahí”. Respalda la idea del intendente de que uno solo no es suficiente, porque la gama de elementos que pueden elaborar a partir del barro y la demanda de estos exigen capacidad de producción.
Sobre la maquinaria puntualiza que si no se logra su adquisición a través del proyecto, está en condiciones, como empresario, de importarla. Su mayor preocupación es la disponibilidad de fuerza de trabajo, para lo que están capacitando a personas interesadas en laborar en el tejar.
A su juicio, es de suma importancia que oficios como este se formen desde edades tempranas, y que se propicie en las escuelas el interés por el conocimiento y desarrollo de las habilidades que permitan la sostenibilidad a lo largo del tiempo.
Entre las motivaciones personales está ayudar a solucionar un problema del entorno, ante la poca disponibilidad de cemento y el impacto de tal carencia sobre la construcción.
ALIANZAS DE FUTURO
El valor de la unidad no es algo que precise de explicación, y en este caso, el encadenamiento entre diferentes actores económicos es un paso más hacia la autonomía municipal, la elevación de la calidad de vida de los lugareños y la conservación de valores arquitectónicos.