Abel Núñez Cardentey empezó temprano la práctica del ejercicio físico. Él siempre fue amante de la actividad deportiva, aunque fueron las artes marciales las que lo llevaron hasta las pesas.
Abelito, como lo conoce la mayoría de los practicantes sistemáticos, es el gestor principal de un sueño, de una gran familia que destaca en Pinar del Río, y que se ha convertido en el espacio de muchos para transformar su vida: el gimnasio El Coliseo.
Cuando tenía apenas nueve años se acercó al fisiculturismo, ya estaba claro entonces que eso iba a formar parte de su existencia. El niño, de talla pequeña, pero brazos fuertes como roca, crearía su propio gimnasio, y fue referente para el resto de los chicos que le acompañaron en este mundo totalmente desconocido, pero por el cual apostaba. Lo hizo, laboró mucho, levantó pesas, moldeó su espíritu, conjugó el pensar con el actuar. Se impuso un estilo de vida diferente, pero sano.
¿Qué tiempo hace exactamente que estás vinculado al mundo del culturismo y la actividad física?
“En el mundo del culturismo hace ya 40 años que practico ejercicios con pesas, hoy tengo 54 años. Toda una vida en el deporte. Empecé con nueve practicando judo, y conjuntamente con eso hice las pesas’’.
¿Cuándo te empiezas a dar cuenta de que la actividad física y los deportes con pesas iban a ocupar el resto de tu vida?
“Me doy cuenta cuando hacen la primera competencia provincial aquí en Pinar del Río, y con pocos meses de entrenamiento obtuve el primer lugar, entonces comencé a competir oficialmente”.
¿Es cierto lo que dicen, que hay condiciones genéticas que la trae intrínseca el propio atleta, mientras otras, el preparador físico se las ayuda a moldear?
“Cuando tienes condiciones genéticas vienes muy favorecido, ya se puede trabajar muy bien contigo y das poco trabajo, porque eso es buscando la forma de cazar talento. Pero cuando hay mucha disciplina, igual lo puedes lograr. Hay personas que son muy disciplinadas que consiguen acabar con el talento de otros. Porque la gente que son abnegadas y virtuosas, si son disciplinadas, sí alcanzan grandes objetivos. Te puedo hablar de muchos que le han ganado a varios que han tenido muy buen físico”.
¿Cómo llega la idea de lograr este proyecto que ya no es solo un gimnasio, es mucho mayor?
“La única idea que tiene esto es que es mi vida. Mi vida es el deporte y que mis hijos hagan deporte. Si un día dejaran de existir las patentes para negocios de gimnasio, seguiría existiendo, seguiría siendo gimnasio, libre de costo, libre para la gente, para los deportistas. Amo el culturismo como lo más grande que pueda tener, esta es mi pasión”.
¿Tus hijos están vinculados también al deporte?
“Los míos sí, hay uno que está trabajando aquí conmigo. Practica culturismo, posiblemente el año que viene tenga que competir representando el Coliseo, además, practica con su tío Edel el jiu jitsu brasileño”.
Hoy en día, ¿cuáles son las áreas con las que cuenta el Coliseo para el público que desea visitarlo?
“Tenemos cafetería, el gimnasio de cardiovasculares y entrenamientos mecánicos, y ahí mismo, en estas áreas, también trabajamos otras cosas como Tabatas, aeróbico, mezclamos muchas cosas para el bien de los que vienen”.
¿Cuentan con personal especializado para poder realizar la actividad?
“Somos cuatro profesores. Todos han sido campeones nacionales, subcampeones, o sea, poseen una historia rica en el culturismo”.
¿Cuál es la clave entonces que tiene hoy el Coliseo para mantenerse en la preferencia, y no solo en la preferencia, para tener estos resultados que ya Karla le acaba de entregar?
“Karla es un prodigio. ¿Por qué se lucha aquí? Pues semanalmente tratamos de sacar una o dos chicas o un muchacho con un cambio. Viene obeso, vamos a bajarlo de peso. Viene delgado, vamos a ponerlo un poquito fuerte. En fin, que lo que busca, lo alcance, vea sus cambios, que se sienta más alegre, con más deseo de venir al gimnasio, que se vuelva un hábito”.
Se habla que en el Coliseo son una familia. ¿Por qué esa afirmación?
“Tratamos de acogernos al carácter del que venga. Casi siempre cuando llega gente muy obesa al gimnasio, vienen como tristes. Ellos piensan que porque están gordos, no los van a querer. Nosotros los animamos, el grupo de gente que hay aquí los ayuda. Son muy sociables, familiares. Además, somos el primer gimnasio libre de acosos de Cuba. Estuvimos en la campaña Evoluciona. Una vez se nos dio un caso de acoso, lo atendimos y expulsamos al practicante. Aquí prima el respeto a la diversidad sexual, racial, en fin, somos inclusivos”.
¿Cuáles son los turnos de trabajo que tienen?
“Nosotros trabajamos a la hora que llegue el atleta, no le ponemos un horario. No, porque esa persona viene a relajarse, por lo que no puedo ponerle horas. Si ella quiere llegar a las siete y entrenar a las ocho, está bien. Trabajamos con ella cuando esté lista, si quiere después quedarse aquí el día entero y estar paseándose por el gimnasio, también nos da placer verla. Abrimos a las siete y cerramos a las ocho de la noche”.
Algunos dicen que es un gimnasio muy caro. ¿Qué piensa usted al respecto?
“Pienso que no es tan caro, porque si una posta de pollo hoy cuesta casi 1 000 pesos, por qué un gimnasio en el mes entero, con una atención, con un profesor que te da cariño también, no puede costar 1 000 pesos. Es el mes entero. Atendiéndote el profesor, con la responsabilidad de que tú mejores, que si traes un vicio de fumar, de tomar bebidas alcohólicas, de acostarte tarde, te lo quiten. Eso no tiene precio. Imagínate, tienes seguridad, higiene, el lugar que te haga cambiar tu físico, que si eres una persona que padeces de presión arterial, te la normalicen, que si eres diabético te enseñen dietas para convivir con la enfermedad, que mejoren todas esas cosas. Yo no lo ve caro”.
¿Qué más le queda al Coliseo por hacer?
“Seguir trabajando fuerte, y lo que tenemos pensado este año, que es sacar más campeones. Levantar la provincia de nosotros que hace años estaba por el piso, porque ya los viejos se jubilaron del deporte, ya no pueden más y tenemos que sacar las figuras que vienen. Así que el año que viene, vamos a llevar un equipo más grande y esperen lo mejor del Coliseo”.
Abelito habla del gimnasio y le cambia el rostro, es como si recordara esos tiempos cuando Pinar del Río entero lo ovacionaba, palpitaba por él, el graderío aplaudía y en una voz decían… “¡Ese enano es de mi barrio!”. “¡Ese hombre es el orgullo de mi cuadra!”.
Hoy es él quien convierte en realidades los sueños de otros, hoy es él quien apuesta por la diversidad, el placer y el crecimiento profesional.