Los récords no siempre son positivos y, si aparece una marca asociada a información sobre la Covid-19, esos resultados máximos suelen generar mucha ansiedad.
La pandemia por el virus SARS-CoV-2, causante de esta enfermedad, se ha convertido en un asunto de todos, o al menos de interés para la gran mayoría.
Informaciones en los medios de prensa, en redes sociales, incluso conversaciones (virtuales o presenciales) giran en torno a la cantidad de casos confirmados, fallecidos, recuperados, sus secuelas, mejores tratamientos, avances en el desarrollo de candidatos vacunales y la notificación de variantes del virus, quizás de mayor contagiosidad y hasta más letales.
En Cuba, a medida que avanza el 2021, la situación epidemiológica por este coronavirus se hace más compleja, y abril resultó ser el mes más nefasto desde la notificación de los primeros casos el 11 de marzo del pasado año.
Con un registro de 31 mil 346 diagnósticos (un promedio de mil 44 por día) y 229 fallecidos por complicaciones asociadas a la enfermedad (con un máximo de 18 casos reportados en una jornada), el cuarto mes del año presenta las mayores cifras.
Durante el 2020, estos dígitos eran impensables en la nación caribeña, pues el reporte de más de 100 casos confirmados en una jornada y algún fallecido ya era motivo de alarma.
Recientemente el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal alertó que el tercer rebrote de la Covid-19 en la mayor de las Antillas más que un riesgo constituye un gran peligro.
Insistió en que estamos obligados a reducir las altas cifras de contagiados, pues de lo contrario tal situación pondría en jaque al sistema de salud y malograría los esfuerzos realizados.
Precisamente en abril se registró la primera pérdida de un paciente con Covid-19 en edad pediátrica, una niña de cuatro años con una enfermedad oncológica avanzada.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, expresó en su cuenta en Twitter que esta noticia dolorosa marca un antes y un después en el curso de la pandemia en el país, la cual había transcurrido hasta ese momento sin reportar muertes pediátricas.
Hasta el momento, se han diagnosticado más de 13 mil menores de 18 años con la infección, de los cuales el 94 por ciento se recuperó (no exento de secuelas, aún en investigación); pero cada día la cifra de pequeños hospitalizados con el virus activo supera los 700, incluso algunos llegan a estadios graves y críticos de la enfermedad.
En la actualidad, se registra también un incremento del número de embarazadas y puérperas con Covid-19, un grupo de mucho riesgo por las complicaciones que pueden desarrollar.
De marzo a diciembre de 2020 se atendieron 110 gestantes y puérperas contagiadas; sin embargo, en los primeros cuatro meses de 2021 la cifra aumentó a más de 700 y hubo que lamentar la muerte de una madre que acababa de dar a luz a su bebé, el cual nació sano, según informó el Ministerio de Salud Pública.
Todos estos datos nos conmueven y alertan sobre los peligros de la enfermedad y no son solo cifras, detrás de cada una de ellas existe una historia, una vida, una familia, el esfuerzo de un país.
Pero no todas las noticias en el mes de abril fueron malas; en ese periodo los estudios clínicos para el desarrollo de los candidatos vacunales antiCovid-19 de Cuba continuaron avanzando a buen ritmo y con resultados esperanzadores, según los expertos.
Soberana 02 y Abdala se encuentran en fase III de ensayos con voluntarios de varias provincias; también con ambas propuestas se desarrollan estudios de intervención en grupos de mayor riesgo, entre ellos científicos y personal de salud.
Esta nación caribeña cuenta además con otros tres candidatos en diferentes etapas de ensayos clínicos: Soberana 01, Soberana PLUS y Mambisa, estos dos últimos para convalecientes, útiles como refuerzos en los esquemas de inmunización.
Igualmente, se planea comenzar estudios en edad pediátrica con Soberana 02 y Soberana 01, y con Abdala.
Cuba espera inmunizar a toda su población este año; sin embargo, los especialistas y autoridades sanitarias insisten en que hasta el momento la solución más segura y efectiva para enfrentar la Covid-19 es el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias orientadas.