Un secreto develado, más allá de la ciencia por la propia realidad cotidiana, es que los principales protagonistas de las redes sociales son los jóvenes.
Las redes sociales resultan especialmente atractivas para este grupo etario porque les ofrece un sistema de comunicación abierto y simultáneo que satisface sus necesidades de comunicación de forma inmediata, entretenida y fácil.
“Estar conectados” produce la ilusión de que se está compartiendo un espacio en el que se interactúa de manera tal que se acortan las distancias afectivas y aunque se está lejos de alguien físicamente, se puede vivenciar la cercanía emocional y espiritual. Esto cobra un sentido cualitativamente superior en momentos de emergencia como las que enfrentamos con la Covid-19. Ante situaciones como las que hoy vivimos, surgen nuevas formas de interactuar, de acceder a la información y de comunicarse, de modo tal, que hasta los usuarios pasivos se transforman en usuarios creadores y editores de sus propios espacios y surgen iniciativas disímiles como las de maquillarnos imitando personajes de películas y series.
El uso de las redes sociales después de la presencia de la Covid-19 entre nosotros, ha introducido modificaciones en la dinámica cotidiana de millones internautas y las redes se han tornado un necesario espacio para saber de familiares, de amigos, de la situación epidemiológica, del quehacer de los profesionales y también un importante escenario que entreteje una solidaria red de apoyo. Develando significativas configuraciones psicológicas que pasan por el filtro de cada historia de vida, de las mediaciones de género, de los recursos resilientes y también de las edades; que revelan contenidos perceptuales que muestran el uso de las redes sociales en los jóvenes como un recurso imprescindible para mantenerse activos.
De manera que, el hecho de que los jóvenes sugieran “retos creativos” que les ayuden a dinamizar el tiempo que pasan en casa en momentos de distanciamiento social, puede contribuir a su bienestar psicológico, pues es una buena estrategia que les conecta con otros y les permite conocerles mejor, al descubrir qué personajes cinematográficos prefieren sus amigos y conocidos, qué series son de su atracción, con qué se identifican y qué les conecta con ellos; vivenciando un proceso de reconocerse diferentes o semejantes a ellos que puede contribuir al desarrollo de su identidad social.
Es importante resaltar, que en los jóvenes tiende a prevalecer la inmediatez, el corto plazo, el aquí y el ahora, de modo que cuando las actividades cotidianas retomen sus derroteros, y traigan consigo las ansias del abrazo, del diálogo pendiente, de la fiesta aplazada, es probable que por prolongados instantes los jóvenes se conecten más con la realidad natural que con la realidad virtual y que otros procesos, más allá de las redes, absorban gran parte del ritmo de los tiempos.
No obstante, cuando la pandemia pase, seguirán los jóvenes conectados porque el principal motivo que llevan a los jóvenes a sumarse a las redes es mantener el contacto sincrónico que solo las redes permiten, pero sin dudas, será una conexión más sincera, más afectiva, más sentida.
Cuando la pandemia pase, los jóvenes, seguirán siendo creativos, pero no solo por el galardón al mejor pasatiempo, sino para responder proactivamente desde las redes sociales a los cambios y exigencias del mundo en que viven.
Lograrlo es posible para los jóvenes y para todos, si juntos avizoramos como Oscar Wilde, que “La juventud es la señora de la vida y tiene aguardándole un reino”.
es muy cierto las redes sociales son una forma para emplear el tiempo en momentos de pandemia, además asi se interactua con otras personas pero desde el aislamiento social