William Martínez Martínez es socio de la cooperativa de producción agropecuaria José Manuel Lazo en el municipio de Los Palacios; a sus cultivos tradicionales de plátano, frijoles, pepinos, boniatos, entre otros, añadió una peculiar siembra, peces, en la laguna que está dentro de las 26 hectáreas de tierra que explota en usufructo.
Inició con 5 000 alevines de tenca y 10 000 de clarias, asegura que como cualquier otro trabajo lleva tiempo y dedicación, pero rinde frutos y ya ha hecho varias capturas que le tributan beneficio económico extra para sus finanzas y alimento para la población.
De los 39 productores identificados en la provincia con potencialidades para el desarrollo de esta actividad, 14 se encuentran en preparación de los acuatorios; 15 ya cuentan con sus licencias de pesca, de los cuales tres son atendidos desde la unidad empresarial de base (UEB) La Juventud.
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Popularizar la acuicultura es un propósito que se inserta dentro de la implementación de la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional, y a ello responde también la obtención de alevines de ciprínidos en las terrazas bajas de la Empresa Agroindustrial de Granos Los
Palacios, que de tres millones de larvas que sembraron, lograron el 18 por ciento de supervivencia, dos puntos por debajo del ideal, pero nada mal para novatos.
La segunda siembra fue de 1,5 millones, con un estimado de entre 200 a 250 000 alevines; sin embargo, les fue imposible comercializar los que obtuvieron.
Jesús Manuel Frontela Zambrana, director de la UEB Cubanacán, explica que estuvo dado porque los clientes hicieron demandas para micropresas o estanques muy pequeños, y que no es sostenible, por ejemplo, dar un viaje a Guane para entregar 3 000 alevines, con la
actual situación del combustible. Por lo que decidieron asumir la ceba, limpiar la vegetación que ha proliferado en las
mismas y hacer un muestreo de la supervivencia, lo que son los pasos iniciales para lo que supondrá un gran desafío para el colectivo, pero del que esperan salir beneficiados económicamente como del resto de las iniciativas que han implementado este año, y contribuir a incrementar la disponibilidad de proteína animal en el municipio, en el peor de los casos, aprenderán de sus errores y podrán subsanarlos en el futuro.
En este proceso cuentan con el acompañamiento y asesoría de la UEB La Juventud, entidad sobre la que repercute la poca disponibilidad de pienso para la ceba, especialmente para la captura de la tilapia, de 20 toneladas que tenían previstas, apenas alcanzaron 7,8; no obstante, pese a ello, hay otros indicadores que muestran un comportamiento favorable, pues de los 7,8 millones de alevines planificados, al cierre de septiembre tienen un real de 8,7.
También superaron los volúmenes de tenca, de las 192,8 toneladas estimadas, entregaron 202,3 a la industria. Los vaticinios eran alcanzar de forma total con todas las especies 465, y aunque no lo logran, crecen con respecto al año precedente.
Otro indicador favorable es que menos larvas obtuvieron mayor número de alevines; se empeñan en preservar los bancos de reproducción para dar continuidad al proceso productivo, aunque a partir de noviembre y hasta marzo son los llamados meses de descanso, es esta la razón por la que actualmente no preocupa la existencia de 16 plazas vacantes, según explicó Pedro Antonio González Graverán, director de la UEB.
Prioridad conceden a las acciones que aseguren la disponibilidad de 30 000 alevines de tilapia, a los que realizan la reversión sexual con el propósito de que al menos el 95 por ciento sea macho, que ganan más peso, crecen más y reducen a la vez la biomasa
acompañante, permitiendo un mejor aprovechamiento del alimento.
Estos animales están destinados a dar continuidad, a partir del venidero mes de enero, a un proyecto de colaboración con Vietnam, que en su última fase comprende la ceba.
ALTERNATIVAS
El empleo de abonos orgánicos como la gallinaza, cerdasa y vacasa, que incentivan la multiplicación del plancton, es una de las alternativas a generalizar, junto a la elaboración de piensos criollos a partir de yuca, boniato, cáscara de arroz y harina de pescado.
Yosvani Valdés Brito, director de producción en la UEB, señaló que deben seguir identificando productores, estatales o privados, que estén en condiciones de criar peces en estanques o acuatorios disponibles; ya sembraron tres de los cuatro con potencialidades e interés para hacerlo.
ENTRE INSATISFACCIONES Y MOTIVACIÓN
De las 10 hectáreas que se proyectó recuperar, solo se cumplió con dos, las que se emplearon en dos de cuatro ciclos de alevinaje posible, representando una pérdida de 400 000 unidades, y en las ocho pendientes debieron obtenerse tres millones, una causa objetiva que limita esta actividad productiva.
El salario promedio de los trabajadores es de 3 600 pesos; no obstante, por estar vinculados a los resultados, es algo que varía en dependencia de la actividad que realizan, la especie con la cual trabajan y la época del año en que se encuentren. Algunos han sido reubicados en otras faenas dentro de la misma granja.
Al margen del necesario beneficio económico que se espera por el trabajo, en el colectivo prima el interés por recuperar la condición de ser el mejor centro de su tipo en el país, algo que lograron en 2017, y a la vez sacar a flote todas sus producciones.
Con 19 años de experiencia, Benigno Hernández Cruz reconoce que es un trabajo duro, lo decía con el agua a la cintura, dentro de un estanque y manejando un arte de pesca junto a dos compañeros de su propia brigada, a la que están integrados otros siete bajo la dirección de Juan Roberto García Pozo.
Para ellos, residentes en el consejo popular Paso Real, la acuicultura no es solo una forma de ganarse la vida, es parte de sus existencias, y saben que ahora más que nunca están llamados a contribuir con la disponibilidad de alimentos.
Crecerse ante las adversidades es el camino para lograrlo, son conscientes de que hay mucho por hacer y que es preciso adecuarse a las nuevas circunstancias, porque renunciar a sus compromisos productivos no es una alternativa.