Ante los techos quebrados, la naturaleza mutilada, los caminos sin rumbo y los desechos puestos de obstáculos, las noches oscuras daban pavor a todo un pueblo, pero hubo una esperanza que vino del brazo de muchos hombres a devolver la luz después que un huracán nos la arrebatara.
Llegaron los eléctricos, fue el grito de mucha gente, cuando al pasar solo horas de Ian, los vieron cruzar esa Autopista Nacional para fajarse con los desastres y tratar de restablecer el servicio eléctrico a todos los pinareños.
Esta semana se les dijo adiós, se fueron con la satisfacción del deber cumplido y con la gratitud de este pueblo entre las manos; la solidaridad que emanó de esa gente amiga quedará guardada en la memoria de los vueltabajeros, pues se aferraron, a brazo partido, para que los campos y ciudades nuevamente tuvieran la luminosidad de siempre.
La gratitud eterna y el homenaje del pueblo pinareño estuvo presente en la Plaza de la Revolución de Pinar del Río, en homenaje al joven liniero camagüeyano José Ignacio Rodríguez Antúnez, quien perdió su vida mientras cumplía con su beber.
GENTE BUENA DE TODAS PARTES
Boris Alfonso Hernández y sus colegas espirituanos llegaron bajo condiciones muy difíciles. Desde las primeras horas fueron de los que tuvieron primero que limpiar calles, cortar cables y retirar postes de las vías, para descargar los carros de apoyo e iniciar con sus labores.
“Fueron circunstancias complicadas; sin saber todavía dónde íbamos a dormir nos tiramos a trabajar, ni un solo instante dejamos de hacerlo, jornadas de 12 y hasta 16 horas, eran las 10 de la noche y ahí estuvimos, cansados, exponiéndonos al peligro, pero con el agrado de que le devolvimos la luz a cada uno de los pinareños por donde nosotros pasamos”.
Los 84 trabajadores de la Empresa Eléctrica de Sancti Spiritus fueron de los primeros en llegar, laboraron en zonas del reparto Hermanos Cruz, Diez de Octubre, La Conchita, entronque de Las Ovas, y la carretera a San Juan y Martínez, dicen que encontraron mucha destrucción, “a lo que nos enfrentamos aquí es de lo más difícil desde mi experiencia y ya son 26 años sobre las líneas”.
Juan Lázaro Ordaz García, consolareño, con más de 10 años de experiencia como liniero, es de los hombres nuestros que aún quedan sobre las carreteras corrigiendo lo que falta, es también de los que se tiró a trabajar desde el primer día, dijo que “la tarea era complicada para enfrentarse solos a ella, pero tuvimos la ayuda de provincias que fueron hermanas, pensaron todos como país y lo logramos”.
Por su parte, cuenta Jayrúl del Puente Sosa, quien también se queda con el objetivo de concluir con ese uno por ciento que aún no se le hace el milagro por las condiciones tan complicadas de daños y la accesibilidad a los lugares, que el trabajo ha sido fuerte, pero para los eléctricos no hay nada difícil, sobre todo cuando en Pinar del Río encontramos un gran corazón.
AMIGOS DE ESTA Y OTRAS TIERRAS
Daniel Pérez García es el responsable de que más de 3 000 clientes tengan hoy corriente. Desde el primer instante su equipo de Ciego de Ávila, con él al mando, se enfrentaron a una de las zonas más perjudicadas, el territorio sureño de San Luis, allí sembraron más de 700 postes.
“La atención del pueblo en San Luis fue increíble, constantemente tuvimos apoyo, se pidió la cooperación y encontramos la bondad de la gente, nos brindaron un buche de café en cada casa que llegábamos, nos hicieron almuerzo en lugares con una humildad tremenda pero especial, nos vamos, no solo con el agradecimiento de las autoridades y del pueblo, sino con disimiles muestras de cariño, eso vale mucho”.
Ellos salieron con la visión de estar aquí hasta el final, todos los contingentes creo que así pensaron también y cumplieron la tarea.
Pablo Pérez Sanjorge, director técnico de la Empresa Eléctrica en Pinar del Río, pensó que, al momento de los levantamientos preliminares, fuera imposible lograr una recuperación en el tiempo que se hizo, “estaba claro de que el capital humano iba a estar, pero la cantidad de recursos que se volcaron aquí, no lo pensé, realmente el país se ha desangrado con Pinar.
“Hemos sufrido otros huracanes, pero de la magnitud de este nunca, mi esperanza siempre fue que los eléctricos somos una gran familia, nos conocemos todos y estuvimos juntos, al pie del cañón, hasta el último minuto”.
“Corresponde ahora perfeccionar el trabajo realizado y responder a las acciones propias de un evento de esta magnitud”, así lo aseguró Yamilé Ramos Cordero, presidenta del Consejo de Defensa Provincial y primera secretaria del PCC en la provincia, en el acto de despedida a los trabajadores eléctricos que colaboraron en esta contingencia, “ha brotado de todas las brigadas un derroche de hermandad, laboriosidad y cubanía, que nos permite corroborar el principio del Comandante en Jefe de que cuando hay voluntad no existe tarea imposible”.
Agradeció el esfuerzo, el tiempo, la comprensión y el sacrificio de todos los que apoyaron esta tarea de buscar soluciones, acortar los plazos y llegar a este ansiado momento.