El Doctor Eduardo Rivas Estany, presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología (SCC), alertó que las personas con cardiopatía isquémica u otra enfermedad cardiovascular están más expuestas a contraer el nuevo coronavirus SARS-Cov-2, causante de la COVID-19 y también a complicaciones y hasta la muerte.
En declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias, el Profesor Titular Consultante e Investigador Titular del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (ICCC), explicó que ese patógeno invade principalmente las células epiteliales alveolares, lo que resulta en síntomas respiratorios predominantes.
Según estudios el virus se une a células consideradas como receptores virales apropiados, particularmente la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), (proteína que se expresa en el pulmón pero también en el corazón), proporcionando un vínculo entre los coronavirus y los sistemas cardiovascular e inmune y está involucrada en la función cardíaca y en el desarrollo de hipertensión arterial y diabetes mellitus, aclaró.
Rivas Estany precisó que estudios realizados en China han reportado que hasta el 50% de los hospitalizados por COVID-19 tienen una enfermedad crónica subyacente, con 40% de Enfermedad Cardiovascular o Cerebrovascular, y estos casos conllevan un mayor peligro de complicaciones y mortalidad.
Además, la edad es un factor de riesgo importante para las Enfermedades Cardiovasculares (ECV) y el efecto del envejecimiento sobre la función inmune resulta relevante para la susceptibilidad y
gravedad de la COVID-19, enfatizó el catedrático.
Este es uno de los principales predictores de mortalidad y morbilidad al igual que otros factores de riesgo tradicionales como la diabetes y la hipertensión arterial que también afectan los mecanismos
inmunitarios, sentenció el también jefe del departamento de Prevención y Rehabilitación del ICCC.
La ECV prevalente puede ser un marcador de envejecimiento y desregulación inmunológica acelerada y por ello estar relacionada indirectamente con el pronóstico de la COVID-19, enfatizó.
En opinión del experto, la incidencia de síntomas cardiovasculares parece estar relacionada con la respuesta inflamatoria sistémica y los trastornos del sistema inmunitario durante la progresión de esta enfermedad viral.
Aclaró el doctor Rivas Estany que la ECV establecida puede volverse inestable en el contexto de una infección viral e incrementar el riesgo, y precisó que el accidente de la placa coronaria, con infarto agudo de miocardio subsiguiente, puede ocurrir como consecuencia de una inflamación sistémica inducida por el virus, como se ha observado con la influenza.
Significó que aunque en las manifestaciones clínicas de la COVID-19 predominan los síntomas respiratorios, algunos casos se acompañan de daño cardiovascular severo que a su vez son marcadores de mala evolución.
Este trastorno puede ocurrir debido a isquemia miocárdica o a procesos miocárdicos no isquémicos, incluida la miocarditis aguda e insuficiencia cardíaca que han sido reportadas para procesos virales, también en la COVID-19.
Según reportes los pacientes con síndrome coronario agudo tienen más probabilidades de infectarse con el SARS-CoV-2, que podría actuar como un factor desencadenante para empeorar la afección y provocar la muerte.
La inflamación vascular generalizada presente en el nuevo coronavirus también puede contribuir al estado de hipercoagulabilidad, disfunción endotelial y desencadenar eventos trombóticos generalizados, señaló el entrevistado.
Todos estos son fenómenos descritos hasta hoy relacionados con el peor pronóstico de pacientes de edad avanzada, con enfermedades cardiovasculares u otros padecimientos crónicos que se contagian con el virus SARS-CoV-2 y desencadena la enfermedad conocida por COVID-19, subrayó el avezado especialista.