El regreso del exGrandes Ligas Alexei Ramírez ha sido, sin dudas, la principal novedad del comienzo de la Serie Nacional 63. Con 42 años de edad, el pinareño ha dado muestras de maestría deportiva, siendo un baluarte a la ofensiva (12-7, incluido tres dobles y un jonrón) para su equipo de Pinar del Río, necesitado de sluggers y hombres rápidos.
“Estoy agradecido por esta oportunidad para ayudar al conjunto y volver a jugar después de 17 años. Han sido muchas emociones al encontrar parte de mi familia, amigos, seguidores, el pueblo…”, dice Ramírez luego del primer juego de Pinar del Río contra Industriales en el “Latinoamericano”, ganado por los vueltabajeros seis carreras por dos.
La afición azul también lo aplaudió, él la saludó como agradecimiento y se sintió “feliz”. “Fue un partido muy parejo hasta el noveno inning, como son siempre los choques entre Pinar e Industriales. Esa rivalidad deportiva no cambiará nunca. Ni aunque pasen 20 series”, cuenta sonriendo.
Entonces, Alexei me dedica otros dos minutos de su tiempo, antes de subir al ómnibus con sus compañeros. Comienzo el diálogo y el “misil cubano”, de pocas palabras, dispara en ráfagas.
¿Por qué decide volver a jugar en Cuba?
“El principal motivo fue mi tío. Está muy delicado de salud. Le han dado dos infartos cerebrales y para alegrarlo en su recuperación vine para acá. Fue quien me enseñó a jugar pelota. Es el único de la familia que había jugado béisbol antes que yo. Por él, soy quien soy”.
¿En qué estado se encuentra su tío en estos momentos?
“Está mejor, gracias a Dios. Es un proceso lento, pero avanza con mucha terapia y ayuda de la familia en Taco Taco, San Cristóbal”.
¿Cómo ha encontrado a este equipo de Pinar del Río de 2024?
“Lleno de figuras jóvenes que me veían cuando tenían cinco o seis años. Prácticamente, a muchos les doblo la edad. Me han contagiado con su energía y, realmente, me estaban esperando.
“Ya no soy aquel muchacho de 26 años. Ha sido mucha la experiencia en Grandes Ligas, pero cada juego es diferente”.
¿De qué forma logra estar tan ajustado al bate luego de su regreso?
“Gracias a Dios, haciendo los ajustes necesarios para cada turno, y preparándome fuerte para ayudar al equipo. Simplemente, salgo a pegarle a la pelota”.
¿Cuánto significó el jonrón en el choque inicial contra Artemisa en el “26 de Julio?”.
“Mucho. Estoy agradecido de Dios por ese momento. En especial, se lo dediqué a mi tío y, por supuesto, a Pinar del Río”.
¿Qué considera del béisbol cubano actual?
“Los peloteros deben perfeccionar el pensamiento táctico, o sea, estar listos antes de que pasen las jugadas. Se conforman con un jit, les falta ser más agresivos. Hay errores mentales que deben trabajar, pero sí, tienen talento”.
En el mismo primer partido robó una base, asignatura pendiente de la selección de Pinar del Río y del béisbol en Cuba… ¿Qué considera de ese estilo de juego dinámico?
“Es la idea, tratar de hacer lo que más podamos en función de la ofensiva. Si no me lesiono, pienso ayudar al máximo al equipo en busca de la clasificación.
“Les dije que vendría y aquí estoy. No sabía el día de mi llegada, por trámites y demás, pero sí que estaría desde el inicio del campeonato y fue así.
“Vamos bien y con buen ánimo. Marchamos invictos en tres salidas y la estrategia es ir paso a paso”.
¿Piensa venir a jugar otras temporadas?
“Iré año por año. Estoy aquí en estos momentos. Primero, debo contar con salud, ya son 42. Veremos qué pasa. Aunque confío en mi sistematicidad a lo largo de mi trayectoria. Nunca he dejado de entrenar.
“Por ahora, me siento contento con el recibimiento y la oportunidad que me han dado las autoridades del béisbol en Cuba y de la provincia pinareña, así como Alexander Urquiola, mi amigo en lo personal.
“Estoy ansioso por llegar al estadio Capitán San Luis. Sé que las condiciones no están muy buenas con la corriente, pero espero que se llene”.
Alexei tiene cinco hijos y vive con sus padres en Miami. “Ellos saben por qué vine y me apoyan. Que todo sea por mi tío Robert Hechenique, veguero de corazón, aunque viva en Taco Taco”.