El Hogar de niños sin amparo familiar de Pinar del Río recibió en la mañana de este dos de junio un donativo de parte del colectivo laboral del instituto politécnico agropecuario (IPA) Tranquilino Sandalio de Noda, considerado el más antiguo del país.
El donativo consistió en cajas de viandas, cereales, hortalizas, vegetales y frutas, producidas en las 30,72 hectáreas de tierras cultivables anexas a la escuela. Igualmente fueron entregadas varias libras de carne de cerdo.
Olga Lidia Plasencia Matías, directora del IPA, sostuvo que aunque cesó temporalmente la actividad docente en el politécnico debido a la situación epidemiológica del país, los trabajadores se han mantenido vinculados a la producción de alimentos que generosamente comparten con instituciones como círculos infantiles y centros de aislamiento.
“Con este fin acopiamos tomates, boniatos, yucas, calabazas, zanahorias, guayabas, plátanos, frijoles, mangos y ajíes, entre otros productos” dijo.
“Esta donación tiene un impacto muy importante en la alimentación de los menores ya que tributa al menú variado que confeccionamos para ellos cada día”, expresó Aidé Valdés Lezcano, máster en Educación Especial y directora del Hogar desde hace 23 años.
Sobre las medidas adoptadas en la institución durante los últimos meses para evitar el contagio por coronavirus, explicó que han desarrollado audiencias sanitarias para promover el lavado de las manos entre los infantes. Se exige el uso de mascarillas dentro de la casa y una enfermera realiza pesquisas a diario para descartar posibles síntomas de la enfermedad.
Laura Valdés Rodríguez, estudiante de preuniversitario, es la mayor de los cuatro niños residentes en el Hogar. Presta una atención esmerada a las teleclases de su grado ya que aspira a ser doctora en el futuro y sabe que el estudio le ayudará a cumplir su meta.
Es esbelta y delicada al conversar. Al nasobuco blanco que trae puesto le agregó un lazo diminuto que le da un toque de estilo a una pieza tan incómoda como necesaria.
“Quisiera dar las gracias a los compañeros del IPA por el gesto tan bonito que han tenido con nosotros. Me parece interesante lo que nos contaron sobre cómo los estudiantes de ese instituto se involucran en las labores del campo y contribuyen de ese modo a la alimentación del pueblo”, dijo a la prensa local.
Luis Alberto López García, de 13 años, nos contó de su afición por las ciencias agropecuarias y mencionó su deseo de matricular en el “Tranquilino Sandalio de Noda” una vez que culmine la secundaria.
“A quien yo le digo mamá es directora de la Empresa Forestal en Consolación y al que considero mi papá coordina la carrera de Forestal en Cuba. Ellos son mi inspiración para elegir estos estudios. Me llama la atención todo lo relacionado a la producción de carbón vegetal y al cultivo de alimentos que luego se pueden donar a instituciones como la nuestra”, comentó.