Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador confía en el interés de su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, para encabezar el viraje en las relaciones en América, el mandatario mexicano estimó que alcanzar un acuerdo de esta naturaleza es complicado.
Por primera ocasión, el presidente mexicano reconoció la dificultad para concretar esos nuevos horizontes –en los que él ha venido insistiendo desde hace meses—, y lo hace justo después de la video llamada que ayer tuvo con el senador Christopher J. Dodd, asesor de la Casa Blanca para la IX Cumbre de las Américas.
“Le tenemos confianza y afecto al presidente Biden y queremos que se tome en cuenta la propuesta de no excluir a nadie (que encabezó López Obrador y a la que hoy se han sumado más mandatarios del continente). Es el momento de un gran viraje, de iniciar una etapa nueva en las relaciones de los países de América. Y va a ser un ejemplo para el mundo, y (eso) sólo lo puede hacer el presidente Biden, y por eso no descarto la posibilidad de que se logre este acuerdo. Desde luego no es nada fácil”, apuntó esta mañana durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional.
Apuntó que la respuesta a su planteamiento por parte de Washington la espera entre hoy o mañana y no quiso adelantar si ha cambiado su postura de no asistir a la Cumbre –que se realizará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles— en caso que Estados Unidos insista en excluir a las naciones con las que tiene desacuerdos políticos (Cuba, Nicaragua y Venezuela).
El Presidente dijo que la plática con Dodd se caracterizó por un ambiente de respeto, aunque las definiciones para el eventual nuevo orden en el hemisferio no son sencillas.
“Son cuestiones muy complejas, porque son cambios de políticas viejas, que datan de más de dos siglos y que se alentaran con la guerra fría. Pero tenemos que relacionarnos de manera distinta en América, en el mundo, hacer a un lado la confrontación y la guerra, y buscar la relación de amistad de los pueblos y evitar que por las malas decisiones de los políticos sufran nuestros pueblos”.
López Obrador aseveró que los líderes continentales están obligados a actuar con responsabilidad, pues en ocasiones las diferencias se dan por asuntos totalmente intrascendentes. “Los sitúan los políticos o los grupos de intereses creados por encima de todo, los elevan a rango supremo y por lo general tiene que ver con lo ideológico, con lo dogmático, con el fanatismo”.
Dijo que ayer, ante el senador Dodd, planteó que hoy en día ni Cuba pretende invadir a Estados Unidos ni los vecinos del norte hacerlo con México, Cuba o Guatemala; tampoco Chile le podría declarar la guerra a Bolivia por diferencia de límites territoriales.
“No podemos cometer más errores como el de no dedicar tiempo suficiente y apostar al diálogo y a la política en el conflicto entre Rusia y Ucrania, miren el daño que está causando a inocentes por un mal manejo de las cúpulas políticas del mundo. Hagamos un alto a esto y vamos a buscar buscar relaciones de hermandad. Apostemos a un mundo donde prevalezca la fraternidad, el amor. ¿Qué ganamos con estar peleando o decir tú me caes mal porque no piensas como yo pienso? ¿Por qué la discriminación, el racismo, el clasismo? ¿Vamos a seguir en el discurso hablando de que no queremos racismo, clasismo, de que no queremos discriminar a nadie, que somos libres, que somos independientes, soberanos, pero en los hechos demostramos lo contrario?”, planteó el mandatario mexicano.
En ese sentido, destacó que en la coyuntura actual es en extremo relevante que todas las naciones del continente se concentren en alcanzar los nuevos acuerdos en sus relaciones y den el ejemplo al mundo. “Que toda América dé el ejemplo, ni siquiera hablo de la expresión de José Martí de Nuestra América –ensayo en el que se refiere a la unión y soberanía de los pueblos latinoamericanos—, hablo de todo el continente americano”.