Aunque las inclemencias del tiempo han obligado a correr los periodos de cosecha y la presente campaña será más corta de lo habitual, la UEB de conservas y vegetales La Conchita está inmersa en la zafra del tomate y de otros vegetales con el objetivo de diversificar sus producciones.
Según Idalberto Rodríguez Herrera, director de la entidad, este año tienen contratadas más de 7 500 toneladas de tomate maduro, y hasta la fecha han recibido más de mil, sobre todo provenientes del municipio de Sandino, entrega que debe mejorar cuando se incorporen San Luis y Consolación del Sur.
“Estamos preparados para moler 14 000 toneladas de tomate. No debemos tener problemas para cumplir el plan, pues hasta ahora no hemos parado la producción ni por la situación de la COVID-19 ni por roturas en las máquinas, pues contamos con un buen plan de mantenimiento constructivo y una adecuada capacitación de los innovadores. El tomate se muele directo de los camiones, no se acumula en el patio como ha sucedido en otras campañas”, refirió Rodríguez Herrera.
Señaló que realizan las producciones habituales de puré, sopa de tomate, vitanova en diferentes formatos, tomate frito y triturado y la salsa para pizzas. En relación con los envases, con los que han tenido dificultades en otras ocasiones, mantienen el de medio kilo, el número 10, la lata de cinco galones, las cubetas y el tanque de 55 galones destinado a la venta a granel.
“En el caso del tomate verde, una producción importante para los encurtidos y para combinar con otros vegetales en la ensalada marinada, contratamos 50 toneladas, algo que nunca antes habíamos logrado”, dijo.
DIVERSIFICAR Y SUSTITUIR IMPORTACIONES
En La Conchita laboran actualmente 448 personas y más de 50 trabajan el turno de la noche, la mayoría mujeres. El proceso productivo así lo requiere, pues no es solo tomate lo que ocupa a la industria por estos días.
Hace más de 20 años que no trabajaban el pepino, un cultivo del cual han recibido ya más de 20 toneladas y piensan mantener su procesamiento durante todo el año.
“Es una producción prácticamente nueva, lo envasamos en latas y también lo usamos como vegetal mixto encurtido. La calabaza tampoco se contrataba y próximamente saldremos al mercado con una natilla que esperamos tenga aceptación”.
Otras producciones que rescatan son el coco rallado en almíbar y el segmento y la tajada de piña. En el caso de la sustitución de importaciones procesan la habichuela y el maíz, sobre todo destinado a la industria del turismo.
La Zona de Desarrollo Mariel se ha convertido en uno de los principales clientes de La Conchita, y ya han logrado un total de 80 000 pesos en MLC con la exportación en frontera.
Tienen una demanda de 80 toneladas de col, 100 de pimiento y 30 de cebolla. En el caso de la frutabomba la reciben durante todo el año para cumplir con las 900 toneladas pactadas; esperan por el comienzo de la época del mango para procesar 2 100 toneladas y solicitan al sistema de la Agricultura la siembra de remolacha y de más guayaba, pues necesitan más de 2 000 toneladas para sostener la producción de crema, un rubro que también exportan.
“Contamos con una troceadora de vegetales que importamos y que nos ayuda bastante en el proceso y hemos creado una estrategia de producción de tal forma que cualquier cultivo que hoy tenga la agricultura le buscamos un destino. La idea es seguir diversificando producciones y lograr volúmenes mayores”, agregó el directivo.
Declarada Vanguardia Nacional el pasado año por sus resultados, durante esta etapa de pandemia La Conchita ha tenido la misión de abastecer a todos los centros de aislamiento de la provincia y además ayudan a territorios como Artemisa y La Habana.
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