La pinareña Ángela Álvarez (57 kg), medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, y oro en los Centroamericanos de San Salvador, fue una de las figuras de mayor linaje en la gala nacional de luchas Pedro Val in Memoriam, desarrollada en el coliseo de la Ciudad Deportiva.
En un pleito, en el que tuvo que exigirse al máximo, Ángela, de 20 años, se impuso en su combate de los 57 kilogramos sobre su archirrival Yainelys Sanz, para cerrar con éxito el año 2024.
“Ha sido un año difícil para mí. Tuve un ciclo de preparación intenso para poder acceder a la clasificación olímpica, pero el colectivo de entrenadores no se decidió por mí. Sin embargo, obtuve el título de Licenciada en Cultura Física, y no descuidé mi preparación, que es lo que me llevará a lo más alto nuevamente”.
Interrogada sobre la excelente musculatura que posee en la actualidad, –de hecho, llegó a la selección bastante delgada, en un peso pequeño– explicó que necesitaba mejorar su fuerza para poder competir exitosamente a nivel internacional contra rivales de físicos imponentes en su división.
“Las propias prácticas te van obligando a cambiar las estrategias, que de por sí, no son fáciles. Todas las muchachas de mi división, las cuatro, son fuertes, entonces le dediqué más tiempo a la fuerza desde el gimnasio. Ello te obliga a ser consciente de lo que debes hacer en todos los aspectos, tanto técnicos como físicos. Y mi profesor ha aumentado mis niveles de fuerza en los entrenamientos.
“Mi entrenador, Wilberto Leal (el máquina), ha sabido equilibrar la preparación para trabajar la fuerza y mantener la velocidad, que es mi principal arma, con la que saco ventaja en las peleas”, aseveró.
Álvarez declaró que en divisiones como la suya se puede ver la pelea con una postura no tan parada, y es vital aplicar velocidad en la lona, sobre todo, en busca del tackle a las piernas.
Afrontar los objetivos de la próxima temporada, en la que pretende incluirse en el podio del campeonato mundial, es lo que la motiva actualmente a prepararse mejor, confesó.
Sobre la posibilidad de tener una rival tan exigente como Sanz, definió un desafío único que sabe aprovechar muy bien.
“Muchos se asustaron cuando perdí en el tope de control que se realizó en el ‘Martí’. Sabía que había cometido muchos errores técnicos, y eso cuesta. Por lo tanto, nos trazamos la estrategia de aplicar mucho la táctica de la pelea, de utilizar ese estudio previo que ya tengo de mi rival,
muy fuerte y habilidosa, por cierto. Entonces, eso fue lo que realicé, no sin antes tener mucha resistencia, pero la experiencia, también te ayuda.
“Otro elemento que creo que la gente debe saber, es que el tener una rival como Yainelys no es para nada un motivo de preocupación. Una sabe lo que tiene que hacer desde que sube al colchón, pero a veces te confías. Por eso, cuando aparece una rival de su calidad, que te exige, eso ayuda. Es una rivalidad sana, pero es rivalidad al fin. No solo ella, somos cuatro muchachas de mucha paridad en materia de calidad como luchadas. Es, además, una división muy pareja, y ser rápida y fuerte siempre te abrirá los caminos”, comentó.
Sobre las aspiraciones futuras y las metas, la oriunda del reparto Cuba Libre, manifestó que lo más importante ahora mismo es mantenerse saludable.
“La lucha es un deporte de mucho roce, de mucho trabajo riguroso, de mucho físico. Todo ello te va cansando y deja huellas. Este año venidero quiero estar en el Mundial. No solo para poder representar a Cuba, sino también luchar por una medalla. Mi división es complicada, siempre hay muchas atletas, por lo tanto, hay que realizar más peleas, y eso como quiera que sea te hace un desgaste fuerte. Por eso es que hablo siempre de la preparación física y de lograr una estrategia de pelea adecuada.
“Si consigo clasificar, pueden estar confiados en que esta morena no va simplemente a participar, de eso nada, voy por mi medalla. Sueño todos los días con eso, y cuando uno se traza metas, se sacrifica y trabaja, tienen que llegar los resultados”.
Tras culminar un año marcado por metas y éxitos, esta gladiadora vueltabajera le desea mucho éxito al pueblo pinareño en el nuevo año.
“Que se le cumplan todas las metas, que se trabaje duro y que cada sueño pueda ser cumplido, ese es mi mayor deseo. Salud y mucha prosperidad para todos”.
Ella es un ejemplo de entrega y de nunca renunciar a las quimeras. Sabe, como nadie, qué es venir de abajo, de una familia humilde, pero siempre con un propósito, seguir con su buen paso sobre los colchones, quizás porque sabe que está destinada a aplicar sus tacleadas rápidas y
pases hacia atrás. Así que ¡Felicidades Ángela!