Momentos antes de partir a la acción que ajusticiaría al dictador Fulgencio Batista en su guarida y que sorprendería a su sirviente camarilla el 13 de marzo de 1957, el presidente del Directorio Revolucionario José Antonio Echeverría escribió: “¡Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad!”.
El audaz asalto a Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj fue un acto que demostró la extraordinaria valentía de los jóvenes de esa generación, dispuesta al sacrificio por la honra de la Patria.
La estrategia era “golpear arriba” para desconcertar al régimen con la muerte del autócrata y ocupar el arsenal en manos de la guarnición para entregárselas al pueblo, el cual sería convocado por medio de la emisora radial y tomar otros puntos de la ciudad como cuarteles y estaciones de la Policía hasta dominar la capital.
El plan comenzó por el Palacio de Gobierno. Los 50 jóvenes bajo el mando de Carlos Gutiérrez mantuvieron sostenidamente violentos combates con la guarnición que resistía, muchos asaltantes cayeron y a otros se les agotaron las municiones, entonces se decidió retroceder para dar paso al apoyo, cuyo refuerzo no llegó. El dictador escapó por segundos por una escalera secreta.
Han transcurrido 65 años de tal hecho, y de la alocución trunca que el líder de la Federación Estudiantil Universitaria inició con toda su emoción, cuando un empleado encargado de las transmisiones sacó del aire la emisora.
A un costado de la Universidad, José Antonio Echeverría intercambió disparos con un patrullero de la policía y una ráfaga fulminó sus sueños. La sangre corrió por la acera y su cuerpo inerte mostró para siempre el camino de la libertad.
Cayó el líder con solo 24 años; estudiante de arquitectura de la Universidad de La Habana, aquel muchacho robusto lleno de vida al que sus compañeros le llamaban Manzanita.
Con él pasaron a la historia muchos otros jóvenes, entre ellos 12 pinareños de los 16 participantes, entre ellos uno de los más conocido, perseguido y acosado por la policía de aquel sistema: Pedro Saidén, El Morito.
A pesar de no haber logrado su objetivo, la acción del 13 de marzo de 1957 tuvo una gran importancia histórica, pues conmocionó la conciencia popular y acrecentó el repudio al tirano. Esta acción heroica a plena luz del día, conmovió a toda la nación y fue calificada por el Historiador de la Ciudad, doctor Emilio Roig como “La hazaña más fieramente audaz de nuestras luchas por la libertad”.
Después del Ataque al Palacio, la lucha tomó otro curso y la Revolución se mostraba ya como una realidad en la Sierra, la labor del Directorio Revolucionario no se detuvo aun cuando los principales dirigentes murieron y otros tuvieron que salir del país.
En Pinar del Río, se abre una nueva etapa para la organización con el nombre de Directorio Revolucionario 13 de Marzo y la mayoría de sus miembros pasaron a los frentes guerrilleros que se formaron en la provincia y además nació el Bloque de la Sección femenina del Directorio 13 de Marzo; esto hizo posible la creación de distintas guerrillas a finales de ese año, por lo que continúo su labor hasta después del triunfo de 1959.