Frases de apoyo, aliento, muestras de preocupación por el estado físico y emocional de cada paciente, incluso de sus familiares, son gestos que siempre se agradecen de los profesionales de la salud, principalmente hoy en tiempos de pandemia.
Médicos, enfermeros y otros trabajadores del sector se convierten en amigos, pues su labor más allá de curar el cuerpo, también puede sanar el alma.
Ese sentido humanista y solidario se hace cada vez más imprescindible, pues a diario aumentan a nivel mundial los casos de personas contagiadas con el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, y el número de fallecidos.
Hasta el momento, más de siete millones de personas se han contagiado con este nuevo virus en 185 países y se reportan un total de fallecidos por encima de los 400 mil.
Con estas elevadas cifras, aumentan también el estrés, la ansiedad, la depresión, el miedo a enfermarse y la incertidumbre; todo ello agravado por factores como la situación económica.
En Cuba, la cifra total de personas diagnosticadas con la enfermedad asciende a dos mil 233, de ellos 84 perdieron la vida; pero ya se recuperaron mil 902.
Hasta este 12 de junio, permanecen ingresados en los hospitales para vigilancia clínico epidemiológica 516 pacientes, y otros 445 se vigilan en sus hogares desde la Atención Primaria de Salud.
En estos momentos, se agradece siempre una mano amiga, solidaria.
Los doctores Liset Morillo y Luis Olivera, por ejemplo, hace menos de un año se graduaron de medicina y en la actual situación que vive el país ante la pandemia por la Covid-19 como muchos jóvenes cubanos trabajan sin descanso, pero con satisfacción.
Aunque se pudiera decir que crecieron con la premisa del sentido humanista y solidario de atención a los pacientes porque provienen de familias con varios profesionales de la salud, ellos labran su camino día a día y ya cuentan con experiencias propias.
Morillo y Olivera representan a todos esos jóvenes que se encuentran hoy realizando pesquisas en las comunidades, atendiendo en los consultorios de la familia, los policlínicos, los hospitales, incluso en los centros de aislamiento.
‘Es verdad que estamos en riesgo de poder enfermarnos si tenemos en cuenta la gran virulencia de la enfermedad (aunque se nos han garantizado todos los medios de protección), dejamos de ver a nuestras familias durante 28 días (por la estancia en centros de aislamiento), pero también es verdad que los médicos cubanos y el personal de salud estamos felices de poder ayudar de corazón’, escribió con orgullo la joven doctora en sus redes sociales.
En su opinión, no hay nada más reconfortante que el agradecimiento del enfermo que ayudaron a sanar, publicó en su perfil en Facebook con la etiqueta # CubaSalva, donde compartió además algunas fotos junto a colegas durante su estancia en una de las salas del hospital Salvador Allende, en la Habana, donde atendió pacientes sospechosos de la Covid-19.
Para Luis Olivero, se trata de la mejor y más complicada experiencia desde que se graduara en 2019, asegura también en sus redes sociales.
Describe estos momentos como muy conmovedores, por la alegría de comunicarle al paciente que no está contagiado, los agradecimientos recibidos con lágrimas en los ojos y los aplausos interminables.
Por otro lado, señala lo difícil que resulta informarle a un paciente el resultado positivo a las pruebas para determinar la presencia del virus.
Desde ese momento, ellos se convierten en su apoyo ante la triste noticia y les transmiten seguridad, ‘aun cuando también sentimos miedo’, confiesa Luis Olivero.
Según comentan ambos médicos, ‘las jornadas de trabajo son agotadoras, de apenas descansar par de horas en la madrugada; pero despiertas lleno de energía y motivado, dejando atrás el cansancio, porque entiendes la necesidad e importancia de lo que estás haciendo y te gusta hacerlo’.
Durante su estancia en ese centro hospitalario, crearon nuevas amistades. Enfermeros, asistentes y estudiantes complementaron su trabajo, formando un gran equipo contra la Covid-19.
Además, agradecieron a la dirección del hospital toda la organización y constante preocupación por el bienestar de trabajadores y pacientes.
También en sus redes sociales, ambos jóvenes reiteraron su disposición de continuar enfrentando esta pandemia donde más se les necesite, ‘con el principio de que no hay mejor satisfacción que la del deber cumplido’, aseguraron.