Arley sabe de cargar pesos grandes, como las ausencias de sus seres queridos. Lo hizo mientras ayudaba a cargar la mezcla de la casa, o cuando era necesario ayudar a recoger escombros dejados por el mal tiempo. O con la pérdida de su madre.
Arley sabe de cargar pesos en sus brazos y de aguantar cuando la cosa se pone gorda y pesada, por eso escogió el levantamiento de pesas como deporte. Arley tiene mucho valor y fuerzas. Dicen por ahí: «lo que le falta de tamaño lo tiene de corazón y valentía».
Me comentan que en su casita humilde en Galafre Nuevo, ahí en el pueblito de Yaguas Grandes, donde está otra parte de la familia, no había espacio para nadie más a eso del mediodía. En cada esquina los socios del barrio, la gente que le ha soportado sus ausencias por el deporte y ayudan a su hermana Adanay, su papá Ariel, y su abuela.
Ellos tuvieron que criarlo cuando su madre dejó de existir, al menos en esta dimensión de los humanos. Ahí también estaban otros familiares, esos que los han ayudado a mantenerse en pie cuando él no está.
Arley es de una tierra muy conocida por ser la del mejor tabaco en el mundo, pero también por dar deportistas de su estirpe. Ya le regaló a Cuba en los centroamericanos la primera de oro, ahora lo vuelve hacer en estos Juegos Panamericanos 2023.
Uno grita en la esquina, lo hizo cojo…. Y se abrazan. Otro pregunta.¿Cómo es posible?
Oye tú no sabes sumar. Son 279 kilogramos. Suma para que veas 125 en arranque y 154 en el envión.
¡Coño sí, lo hizo, lo hizo! Y suelta otra mala palabra pero vale igual, Arley es de oro.
Su padre no podía mirar al televisor, el orgullo lo reventaba. Arley volvía a levantar a Cuba en sus manos. La sacudió de toda carencia, la desempolvó de vanidades, la unió. Había gente de aquí y otros fuera de la Isla viéndolo. Qué más da, si somos uno solo.
Arley tan humilde, tímido y reservado como es, solo levantó las manos hacia arriba en el Cuna del Mágico González en Chile, y se tocó el pecho, como lo hacen los que saben que han cumplido con el deber.
Cuba, este pequeño pedazo de tierra, casi sin nada, solo lo mínimo para vivir, casi sin nada para entrenar, pero con hombres como Arley Calderón, capaces de cargar la isla en sus brazos y llevarla a puerto seguro, te abraza orgullosa campeón.
Obel bonito comentario, para Arley y su familia y toda cuba muchas felicidades