La tercera exposición personal del artista de Pinar del Río, Ernesto René Figueroa, se exhibe desde hace algunos días en la sede del Consejo Provincial de Artes Visuales de la capital pinareña. Singulares aparatos invitan a imaginar un viaje, a seguir un sueño, a interactuar con máquinas salidas del ingenio creativo como una vía de escape.
Durante un mes, el público podrá disfrutar de cuatro piezas escultóricas y una serie de dibujos que conforman la quinta obra de la muestra llamada Arte-Factos, un juego de palabras que por su etimología en latín (arte factum) “hecho con arte”, refleja la necesidad física y emocional de volar que tiene el artista.
“Ernesto Figueroa sorprende por sus monumentales e interactivos artefactos. Para él, este método creativo tiene una connotación más allá de lo que representa una técnica, una tendencia… es la vía que encontró para escapar del dolor de la experiencia carcelaria, hallar consuelo aun desde lo adverso, así como su redención definitiva.
“La experiencia que da cauce a esta exposición parte de temáticas recurrentes en su quehacer: la emigración, el escapismo, la culpa. Todas ellas envueltas en ese entramado sentimental inherente al arte”, refirió Marcia Jiménez, vicepresidenta de la Uneac en la provincia, en las palabras del catálogo.
Figueroa fusiona, desde el reciclaje, una serie de elementos que poco a poco conforman un proyecto y luego una pieza que mantiene los colores originales, ya sean brillos, óxidos, manchas. Es entonces cuando lo primero que ve el público es un artefacto.
“La exposición es una amalgama muy relacionada con la emigración, un fenómeno que no se detiene en el mundo entero. Hago mi obra para que el público se sienta a gusto y para liberar yo toda la adrenalina y energía que tengo dentro”, comentó Figueroa.
La primera muestra de Figueroa, La última cena, fue en el año 2015; luego en el 2019 con Adónde vas, mostraba peculiares ballestas y embarcaciones en la galería de Tele Pinar. Esta vez son otros artefactos, pero de alguna forma mantienen el vínculo con los anteriores.
“Puede que haya alguna diferencia, pero todo mi trabajo tiene un antecedente. Cada pieza tiene relación con la anterior, es como un gran tren halado por una locomotora. Lo que las diferencia es que va pasando el tiempo y uno va madurando. Todo en mi obra hace el mismo cuestionamiento de lo que ha sido la violencia y la emigración a través del tiempo, pues son dos de los temas más antiguos de la humanidad”.
¿Por qué la escultura?
“Desde muy joven dibujaba y pintaba, con el paso del tiempo me di cuenta de que no estaba a gusto con una superficie plana. Necesitaba tres dimensiones. Sentía la necesidad vital en mi vida de tener siempre un cuerpo que pudiera palpar.
“Soy un ser muy intranquilo a pesar de que hoy tenga cierta paz. El arte ha sido el principal motor en una serie de cambios en mi vida. Fue lo que me llevó a encontrar el camino de la escultura, ahí es donde yo quemo toda la adrenalina, y mi obra es eso, la necesidad imperiosa de sentir el volumen, de que las personas interactúen con ella, convertirla en piezas funcionales, utilitarias si el público se lo propone.
“A algunas les falta algo, las alas o las velas. Le doy la oportunidad al espectador para que use su libre albedrío y determine el tipo de artefacto, qué tipo de alas quiere llevar para alcanzar su sueño. La muestra está llena de metáforas, de conceptos”.
Figueroa, en su corta carrera como artista ha expuesto en prestigiosas galerías del país y recientemente fue seleccionado entre 10 pinareños para exponer en La Habana una vez más. Pero confiesa que esta exposición tiene marcada importancia en su vida.
“Siempre me he sentido muy a gusto en cada lugar donde he mostrado mi trabajo, pero en particular esta expo es algo muy lindo en mi vida, y se la regalo a Pinar del Río primero que a nadie”.
Está hecha pues la invitación para mirar de cerca una obra diferente que cala en la imaginación del público, hace soñar y volar con alas propias.