¿Sabía usted que el arte puede aliviar su estrés cotidiano?
La arteterapia es una forma de terapia expresiva que usa el proceso creativo para el bienestar físico y mental. Numerosos estudios han comprobado que es efectiva en personas que sufren problemas sensoriales, físicos, motores o de adaptación social; también en niños y adolescentes que padecen problemas de aprendizaje. Alivia los síntomas del déficit de atención por hiperactividad (TDAH), los trastornos de alimentación, las adicciones; y es provechoso su uso con personas con Síndrome de Down, Alzheimer y autismo.
Sin embargo, también constituye una técnica de desarrollo personal, basta sentir la necesidad de ser creativos para recurrir a ella. Por tanto, puede hacerse por cualquiera en casa: niños, jóvenes o ancianos; y al margen de la supervisión de un especialista.
Las opciones de la arteterapia son múltiples, posiblemente depende de cuán ingeniosos seamos. Quizás usted ama la pintura y el dibujo; ¿qué le impide poner manos a la obra con bolígrafo, lápiz, crayolas, acuarelas, tizas de colores…? Si le gusta experimentar puede aventurarse con el modelado o el collage, para explorar todo tipo de texturas y materiales.
Debe saber que estas actividades mejoran la motricidad general, y los movimientos de precisión de nuestras manos; entrenan la memoria visual, desarrollan la capacidad de análisis y resolución de problemas, así como la concentración, porque obviamente, estamos muy enfocados en la idea que queremos materializar.
Si le gusta bailar, está en el camino correcto para bajar esos kilos que la ansiedad e inactividad adjudicaron. Lo que no imagina es que también la danza previene la demencia y otras enfermedades degenerativas, cuida de la actividad cerebral y ayuda a la coordinación.
No necesita ser bailarían, está en casa, baile para usted. Su cuerpo será el protagonista, déjese llevar por la música y exprese con movimientos el ritmo o los sentimientos que la melodía le transmitan. Puede imitar los estilos de baile que ya conoce, pero atrévase también a improvisar y a crear otros “pasillos”. Lo importante es conectar con el cuerpo y sentirnos libres.
Quién duda que la música es la más socorrida de las manifestaciones del arte. Todas las personas disfrutamos de ella, con independencia de géneros o preferencias. Nuestros ritmos fisiológicos se sincronizan con el ritmo y el tempo musical. Ello significa que nuestras pulsaciones se incrementarán si la música es dinámica y disminuirán en el caso contrario. Si está deprimido lo ideal es una música “alegre”, con letras motivadoras. Si se siente alterado, opte mejor por ritmos acompasados y suaves; verá cómo pronto se relaja.
Consejos: cante, porque como reza el refrán “quien canta sus males espanta”: esa actividad tiene efectos positivos, ninguno negativo. Si no tiene una voz bella ¡qué importa! cante para usted, no para la vecindad. Use la música para activarse: si siente desmotivación no existe mejor estimulante.
El poder terapéutico de la literatura puede desarrollarse no solo a partir de la lectura, sino también de la escritura. Dele otro final a alguna historia que haya leído, relate otra, describa un lugar, escriba una carta, un diario…
Si prefiere el teatro y tiene niños, ha llegado el momento de montar el escenario en casa. Anímelos a dramatizar un cuento que conozcan de memoria, y por qué no, escriban uno, para después llevarlo a escena. Pueden idear disfraces y hasta crear la escenografía, auxiliándose de cartón, telas, o cualquier objeto que consideren. La imaginación no tiene límites y de esta forma, estará jugando con su hijo, animando su creatividad e inteligencia y fortaleciendo vínculos emotivos.
La arteterapia no requiere dotes artísticas y es la forma más económica y saludable que tenemos para mantenernos entretenidos. El arte enriquece, relaja, conecta emocionalmente con otras personas y nos ayuda a autodescubrirnos. Es una forma de comunicación no verbal, pero igual de efectiva. No deje pasar la oportunidad de realizarla.