La difícil situación que vive el país debido a la presencia del SARS-CoV–2, no ha anulado el afán creativo de la familia cubana y en especial de los niños.
Las casas han devenido talleres de pintura, retablos de títeres, laboratorios de ciencias, castillos medievales y hasta barcos piratas hechos a la mar de la imaginación y la inocencia.
En este contexto tampoco se detienen las iniciativas enfocadas en premiar el talento de los más pequeños de casa. Tal es el caso del salón nacional de plástica infantil De donde crece la palma, promovido por la galería Benito Granda Parada, con sede en Jiguaní, Granma.
Alrededor de 700 infantes de todas las provincias participaron en la edición correspondiente a este 2020, que llevó por lema 25 años dibujando el alma de Martí.
Dos niñas de Pinar del Río, integrantes de Pekegrafía, uno de los talleres del proyecto sociocutural Crearte, fueron galardonadas en este importante certamen y nuestro equipo de prensa tuvo el gusto de conocerlas y de dialogar sobre sus trabajos.
Lizt Daniela Rodríguez Acosta, de seis años, se alzó con el primer lauro del primer nivel y con un premio colateral otorgado por el proyecto Juana Moreno del municipio Bayamo. Su pieza se inspiró en La muñeca negra, uno de sus cuentos preferidos del Apóstol.
“Usé una plantilla a la que le fui pegando cositas”: con estas palabras sencillas explicó el proceso de creación de su colografía, una técnica de grabado que consiste en la incorporación de elementos texturados a una matriz.
Amelia Mercader Morejón, alumna de tercer grado de la escuela primaria Camilo Cienfuegos, mereció el premio colateral de la Brigada José Martí:
“Participé con una obra llamada Soñando con Martí. Es un retrato libre donde reflejo mi propia visión sobre la vida y obra del Héroe Nacional”, expresó.
Más adelante comentó lo mucho que le agrada asistir cada sábado junto a su mamá a los talleres de grabado que imparte la instructora Odeibys Gato Lima en un local de la biblioteca provincial Ramón González Coro.
Las sesiones de Pekegrafía se detuvieron momentáneamente, a tono con las medidas adoptadas en Cuba para evitar la propagación de los contagios; sin embargo, los niños se mantienen insertados a talleres virtuales convocados por los gestores del proyecto Crearte.
Cada semana se propone la lectura de un texto literario diferente que sirve de inspiración para las dinámicas creativas de los chicos.