El final de un ciclo olímpico casi siempre trae implícito cambios en los deportes, principalmente vinculados a la renovación de figuras o con el ensayo de diferentes variantes en busca de un mejor resultado.
No es ese un fenómeno ajeno a la actualidad del atletismo en Cuba, que dejó varias “lecturas” tras su desempeño en los Juegos Olímpicos de Tokio. Y aunque se extendió la deuda de conquistar un nuevo título en estas lides, el saldo general fue positivo.
Más finalistas con menos participantes, tres medallas (una plata y par de bronces) conseguidas y mayor cantidad de competidores que allí superaron o se acercaron a sus marcas máximas previas, formaron parte de lo vivido en la capital japonesa.
Pero no todo fue color de rosas. Varias lesiones —algunas arrastradas desde meses atrás— y abandonos del equipo antes y después de la cita, empañaron un panorama que aun en medio de esos contratiempos no quita el sueño a quienes se encargan de dirigir los destinos del campo y pista en el país.
Tras varias respuestas y sobre todo en busca de proyecciones acudió JIT al Estadio Panamericano, donde por estos días se preparan los más de 30 competidores que asistirán a los I Juegos Panamericanos Júnior de Cali, a finales de noviembre.
La comisionada nacional Yipsi Moreno es la primera en reconocer que persisten dificultades —en unos eventos más que en otros—, pero nada que no se pueda solucionar con trabajo, según explica. Empeñada en resolverlas transita junto a su equipo de entrenadores, metodólogos y el resto del personal bajo sus órdenes.
Sumados los 10 nuevos ingresos, la matrícula actualizada de 142 alumnos entre mayores y juveniles es la base para iniciar un ciclo que como retos más inmediatos encara la habitual participación en la gira invernal, el Campeonato Mundial Bajo Techo en Belgrado (18-22 marzo) y el certamen universal al aire libre que se disputará en la ciudad estadounidense de Eugene (15-24 julio).
Moreno adelantó que para el primero de esos compromisos se proyecta la participación en especialidades como los saltos triple, de longitud y altura, y en modalidades de pista como los 400 y 800 metros, estas últimas fundamentalmente para mujeres, quienes demostraron potencial en la temporada que despedimos.
Aclaró la exmartillista que la estrella de la longitud, Juan Miguel Echevarría, no estará aún en la campaña invernal porque su lesión en Tokio requiere mayor tiempo para una recuperación satisfactoria.
Sin embargo, sí podrán asumir responsabilidades Roxana Gómez (400 metros), Maikel Massó (longitud), Luis Enrique Zayas (altura), Liadagmis Povea (triple) y es posible que entre a jugar un papel más importante la talentosa Leyanis Pérez (triple), entre otros.
El triple entre hombres es ahora el evento más necesitado de renovación, tras las decisiones de Jordan Díaz y Andy Díaz de abandonar el equipo en Europa, y la solicitud de liberación presentada por Cristian Nápoles.
Otra prueba con históricos resultados como los 110 metros con vallas también tendrá inyección de sangre fresca. Se comenzará a trabajar en la formación de cuatro muchachos, dos de ellos nuevos ingresos y nacidos en el 2004, algo que tributará resultados a más largo plazo.
La covid-19 ha obligado no solo a variar métodos de trabajo, también mantiene en pausa algunos proyectos que se espera puedan ejecutarse el venidero año.
Una de las posibles ideas es ampliar las opciones de radicar en el exterior a algunas figuras ya establecidas y con posibilidades de mejorar sus desempeños competitivos. Eso ya se ensayó en 2021 con Rose Mary Almanza y Sahily Diago, quienes se entrenaron en Guatemala bajo las órdenes del cubano Francisco Ayala y formaron parte de los triunfos conseguidos por la posta de 4×400 metros, campeona mundial y finalista olímpica.
«Tenemos en estudio varias posibilidades, sobre todo con los velocistas en países de la región del Caribe, pero nada se ha podido concretar por el tema de la pandemia, que nos paralizó esos proyectos», aseguró Moreno, además de confirmar que algunos atletas ahora radicados en el extranjero se han acercado con el propósito de volver a representar a Cuba en certámenes internacionales.
La implementación de centros de entrenamiento en algunas provincias, como apoyo al equipo nacional, también pudiera marcar el año entrante para el atletismo local.
Se trata de una variante que existió y rindió frutos hace años, por lo que retomarla parece acertado. «Tenemos entrenadores talentosos en algunas provincias, pero que ya tienen allí sus vidas y no quieren venir a La Habana a trabajar lejos de sus familias. Entonces nos parece bien que llevemos a los alumnos con talento hasta ellos».
«Se convertirían en centros que tributarían al equipo élite cuando lo necesitemos. Por ejemplo, en Holguín tenemos fortaleza para la formación de pertiguistas y en Villa Clara trabajaríamos con corredores de fondo. En Las Tunas estarían los marchistas y en Santiago de Cuba agruparíamos varios eventos», explicó la campeona olímpica en Beijing 2008.
Lo mencionado es parte de lo que se planifica en un deporte muy complejo, con demasiadas especialidades diferentes, que cuenta con medallistas olímpicos y mundiales convertidos en referencia de lo que se puede seguir consiguiendo, pese a que muchos se empeñen en ver la actualidad como un momento de crisis.