La atención fitotécnica al cultivo arrocero es una de las líneas priorizadas en la Unidad Científico Tecnológica de Base (UCTB) Los Palacios, con miras a lograr el manejo integrado de plagas y la fabricación de bioproductos que aporten al incremento de los rendimientos del cereal.
Elízabeth del Cristo, directora de la entidad perteneciente al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INCA), dijo que la producción de bioestimulantes está en el programa del centro científico, con resultados como el Quitomax, un producto natural, no tóxico a plantas y animales, biodegradable y compatible a la aplicación de otros agroquímicos o controles biológicos.
Entre sus ventajas resaltan el incremento entre un 10 y 30 por ciento de los rendimientos, la reducción del empleo de pesticidas químicos, mientras su aplicación combinada con biofertilizantes, beneficia los procesos de fijación del nitrógeno y el crecimiento en leguminosas.
Explicó que es elaborado a partir del quitosano, un activador de la resistencia innata de las plantas, y resulta la materia prima obtenida del carapacho de la langosta, un desecho de la Empresa Pesquera Industrial de La Coloma, con la consiguiente eliminación de esa carga contaminante al medio ambiente.
El quitomax está incluido en el paquete de bioproductos para el frijol, validado con gran impacto también en la papa, el tabaco e incursiona con buenos resultados en el arroz, añadió.
Otros son la micorriza y el azofert, probados en muchos cultivos, están en el instructivo técnico de la papa y el frijol, y se han hecho estudios con resultados muy relevantes en el cultivo del arroz.
Mencionó además el bio-fertilizante azolla, un alga verdeazul que fija el nitrógeno al suelo, e incrementa los rendimientos agrícolas en valores superiores a 0.5 toneladas por hectárea y evita la proliferación de hierbas en los campos arroceros.
El EcoMic mejora la propiedad de los terrenos, aumenta la protección contra algunas enfermedades, radicales y foliares y aumenta el provecho entre un 10 y 20 por ciento.
Indicó que se trabajó también en el diagnóstico y adaptación de hongos y bacterias en la protección de plantaciones y precisó que se intensificó la rotación de los cultivos, de cara a materializar la fertilidad de los suelos por largos períodos, a la par de la elevación del rendimiento en 1.5 toneladas por hectárea.
Además –puntualizó- se obtienen otras producciones complementarias, como es el caso del sorgo, frijoles, tomates, maíz, entre otros renglones.
Afirmó que es un hecho el mejoramiento de los suelos arroceros con la incorporación de frijol terciopelo y el empleo de abonos verdes, proceder que junto al laboreo de las tierras, tributa al control del ciento por ciento de los granos rojos del cereal. Se trabaja en la aplicación de una tecnología ecológica, para la producción de arroz de aniego sin la aplicación de herbicidas, con control biológico como los patos, rotación de cultivos y policultivos, tecnología de preparación de suelos y cultivares precoces con eliminación bajo la lámina de agua, y todo ello propicia la producción de alimentos más limpios, menos daño al medio ambiente y sustitución de importaciones, subrayó.
Calificó de muy importante el extensionismo agrario y en consecuencia, el centro se ha dado a la tarea de ampliar la introducción de las ciencias, tanto en la empresa como en los productores individuales, en una alianza Universidad-Empresa-productor.
Se han montado jardines de variedades, con la finalidad de que los cosecheros conozcan los nuevos cultivares existentes y puedan seleccionar el de mejor adaptación para las condiciones de sus tierras.