Aquel día seis se cometía el peor ataque terrorista que pudo registrar la historia de la humanidad, así lo consideran todavía los familiares de los deportistas de esta Isla que regresaban de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, un hecho que intentó desestabilizar al Gobierno cubano y socavar las relaciones internacionales de nuestro país.
En la actualidad, aquellas acciones son vistas desde varias dimensiones, entre ellas la de justicia. Diferentes medios de comunicación refieren que a largo del tiempo se han llevado a cabo investigaciones y juicios para responsabilizar a los perpetradores de este acto, en los cuales varios individuos han sido arrestados y condenados por su participación en el ataque.
Es conocido que el ataque al avión de Barbados generó una condena internacional generalizada y dañó las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, ya que se descubrió que algunos de los autores tenían vínculos con la CIA. Esto llevó a tensiones diplomáticas y un endurecimiento de las políticas entre ambos países.
NOMBRES Y HECHOS QUE GUARDAN HORROR
Es momento obligado de mencionar a Luis Posada Carriles, el antiguo agente de la CIA que negaría haber estado personalmente involucrado en el atentado, pero que la historia se encargó de señalarlo.
Además de Posada Carriles, tres hombres más fueron arrestados, a los cuales se les realizó juicio, entre ellos, Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano, exagentes venezolanos de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP) que habían abordado el avión en Trinidad y que en teoría viajaban a Cuba como destino final, pero que finalmente desembarcaron en la escala intermedia de Barbados, antes de volver a su isla de partida. Estos dos ciudadanos fueron sentenciados a 20 años de prisión.
También se encontraba Orlando Bosch Ávila, pero este fue absuelto debido a defectos técnicos en la consecución de las pruebas o evidencia por parte de la fiscalía.
Lugo y Ricardo finalmente confesaron y declararon haber actuado bajo órdenes de Posada Carriles. Sus testimonios, además de otras pruebas y evidencias adicionales, implicaron a Carriles junto al cubano Orlando Bosch.
En el caso de Luis Posada Carriles, este estuvo detenido durante ocho años mientras aguardaba una sentencia definitiva, pero logró huir. Vivió protegido en Estados Unidos hasta su muerte en 2018.
“Fidel no se equivocaba”, planteó el periodista Manuel Hevia Frasquieri en su artículo La culpabilidad de la CIA en el crimen del avión cubano en Barbados, publicado en el sitio web Cubadebate, y agregó que “el crimen encajaba con total precisión en la sucesión de acontecimientos que venían produciéndose en aquel año trágico cargado de agresiones y atentados terroristas contra Cuba en el extranjero por mercenarios a sueldo que actuaban por mandato de la CIA.
“Años después, como resultado del trabajo de investigación histórica se conoció que en el mes de junio de 1976 las principales organizaciones terroristas anticubanas que operaban desde Estados Unidos fueron convocadas a la ciudad de Bonao, República Dominicana, para extender el terrorismo internacional contra Cuba”.
Según documentos desclasificados referidos por el mencionado periodista, se conoció que Luis Posada Carriles había dicho que tumbarían un avión cubano y que Bosch tenía los detalles. Esta conversación se produjo a escasos días del horrendo crimen, sin que la CIA o el FBI aplicaran medida alguna para dar seguimiento a estos planes e impedir un hecho tan monstruoso.
Sin dudas, este evento se considera uno de los actos terroristas más notorios en la historia de América Latina, y tuvo también un impacto significativo en las medidas de seguridad aérea en todo el mundo. El incidente llevó a un aumento en los controles de los aeropuertos y a una mayor cooperación internacional para prevenir actos de terrorismo en el transporte aéreo.
CUANDO LA TRISTEZA PERSISTE
Este acontecimiento ha sido ampliamente difundido y discutido por la opinión pública a lo largo de estos 47 años, ha servido para recordar la tragedia y para generar conciencia sobre este tipo de acciones y sus consecuencias.
De más está decir que el sentimiento del pueblo cubano en este nuevo aniversario sobrepasa el dolor, la indignación y el recuerdo hacia las víctimas de este terrible acto. En este 2023, como cada año, los habitantes de este país evocan la valentía y el compromiso de quienes regresaban a su Patria con la satisfacción del triunfo.
Esta tragedia no solo marcó a las familias de las víctimas, sino que también despertó un sentimiento de solidaridad y rechazo hacia el terrorismo en la sociedad cubana, como símbolo de la determinación de un pueblo para enfrentar los actos de violencia y preservación de la unidad.
A pesar del sufrimiento que aún persiste, el aniversario del ataque terrorista al avión de Barbados es, además, una ocasión para reafirmar el compromiso cubano en defensa de la paz y la justicia, con el fin de que hechos como este no se repitan en ningún lugar del mundo.