Florida, California, Nueva York y Texas son algunos de los estados de Estados Unidos que han adoptado medidas para lo que llaman «el turismo de vacunas». Con ello, buscan evitar que viajeros, ya sea de otros partes de ese país o extranjeros, consigan las limitadas dosis de inmunización contra la COVID-19.
Tras casos de extranjeros obteniendo vacunas que indignaron a muchos residentes en Florida que no han podido obtenerla por la falta de dosis, el gobierno de Florida anunció nuevos requisitos para obtener una vacuna, como una prueba de residencia.
«No se permite el turismo de vacunas. Es detestable, la gente no debería venir aquí para recibir una vacuna y salir volando», dijo el director de Emergencias de Florida, Jared Moskowitz, en un comunicado. En California, Nueva York y Texas se han tomado medidas similares.
El Departamento de Salud de Florida informó que, hasta el pasado 27 de enero, poco más de 52.000 personas vacunadas fueron registradas como personas que viven «fuera del estado».
Esto significa que son residentes temporales procedentes de otros estados de EE.UU. -algo común en Florida que atrae a muchos jubilados en invierno- y que recibieron una o dos dosis de la vacuna, explicó un portavoz.
Asimismo, en esta categoría también se encuentran los extranjeros que han llegado al estado para vacunarse.
Por otro lado, miles de adultos mayores de Florida han padecido la falta de citas para acudir a los centros de vacunación, pues el estado ha tenido dificultades para obtener y distribuir las dosis del gobierno federal.
Y es que no solo los extranjeros han viajado a Florida para recibir la vacuna, sino también habitantes de otros estados de EE.UU.
Un caso notorio fue el del expresidente de la compañía Time Warner, Richard Parsons, quien admitió en una entrevista con la cadena CNBC que voló desde Nueva York después de que consiguió un turno para vacunarse en Florida.
Luego de casos como estos, el gobernador Ron DeSantis anunció que el estado pediría una prueba de residencia para los solicitantes de cita para vacunarse, como una identificación estatal.
La distribución de vacunas contra la COVID-19 está a cargo del gobierno federal y cada estado de EE.UU. ha puesto en marcha sus propios esquemas de aplicación.
La primera fase ha sido similar en casi todos: priorizan al personal sanitario, adultos mayores y trabajadores de primera línea. En el caso de los ancianos, una población muy vulnerable a la COVID-19, algunos gobiernos ofrecen la vacuna para mayores de 75 años, mientras que otros han bajado el mínimo a 65.
El que las autoridades pongan requisitos para prevenir el «turismo de vacunas» ha preocupado a organizaciones de defensa de migrantes indocumentados, y es algo que también puede afectar a personas con carencias económicas.
Thomas Kennedy, coordinador en Florida de United We Dream, consideró que restricciones como las de su estado crean «una barrera cruel y deliberada para muchos residentes de Florida, entre ellos los inmigrantes indocumentados, pero también para muchas personas sin acceso a la vivienda» que suelen ser trabajadores esenciales en alto riesgo de contagio y que no gozan de seguros de salud.
«El acceso a la vacuna debe estar disponible para todo el mundo, sin importar dónde viven ni su estatus migratorio», dijo Kennedy a la agencia AFP.
México permitirá uso de emergencia de la vacuna Sputnik V
México firmó un contrato para obtener 24 millones de dosis de la vacuna rusa, que le permitirán inmunizar a 12 millones de ciudadanos. / Foto: El Economista.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios de México (Cofepris) autorizó el uso de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V contra la COVID-19.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, calificó de «alentador» el hecho de tener «una vacuna nueva en el repertorio» para hacer frente a la pandemia.
«La Cofepris acaba de autorizar el uso de emergencia de la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Centro de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Esto hace posible importar el fármaco y usarlo», destacó.
López-Gatell también señaló que la autorización le fue conferida a la empresa pública Birmex Biológicos y Reactivos de México, que firmó un convenio para representar al Fondo Ruso de Inversiones Directas y su compañía de vacunación, Human Vaccine.
Para su aprobación, las autoridades de salud mexicanas también tomaron en cuenta los datos del ensayo del ensayo de fase III publicados en la revista médica The Lancet, que confirman la eficacia del fármaco.
México firmó un contrato para obtener 24 millones de dosis de la vacuna rusa, que le permitirán inmunizar a 12 millones de ciudadanos. El país latinoamericano espera recibir unas 400.000 dosis en febrero.