El evento de transmisión local originado en el Centro de Protección Social del Cotorro, en La Habana, se encuentra bajo control a partir de que no se han diagnosticado nuevos casos positivos a la COVID-19, informó Carlos Alberto Martínez Blanco, director provincial de Salud Pública de la capital.
La aparición de un alto número de casos en esta institución donde se atienden personas con conductas deambulantes, desencadenó el evento dado a conocer el 2 de mayo por el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), durante su habitual conferencia prensa.
Desde hacía seis días consecutivos —hasta ese sábado— Cuba venía registrando más altas médicas que casos positivos. Fue esa también la jornada que ha batido récord en cuanto a la cantidad de personas confirmadas con la COVID-19 en el país, con 74 casos, 58 correspondientes a ese centro.
Cuando ha pasado casi una semana desde que se abriera este episodio, el directivo considera que “próximamente pudiera cerrarse, de acuerdo con la evolución de los pacientes y el período establecido a partir del último en presentar síntomas”.
A partir de la situación epidemiológica desencadenada en ese centro conocido como “Las Guásimas”, 86 pacientes han resultado positivos a la COVID-19, y hubo que lamentar la muerte de dos personas, debido a la comorbilidad y condiciones de riesgo que presentaban.
Carlos Alberto Martínez Blanco, director provincial de Salud Pública. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
“Los fallecidos eran personas muy deterioradas, con condiciones sociales y de salud que los hacían más vulnerables”, esclareció Martínez Blanco en entrevista con Cubadebate y un equipo del Sistema Informativo de la Televisión Cubana.
El directivo aseguró que desde el 27 de marzo, teniendo en cuenta la situación epidemiológica que presentaba la ciudad, a propuesta de la Dirección de Salud Pública de La Habana y por decisión del Consejo de Defensa Provincial (CDP), esta institución pasó a ser un centro de aislamiento social.
“Se tornaba urgente garantizar una atención diferenciada y bien estratificada teniendo en cuenta los riesgos a los cuales estaban sometidas estas personas, algunas con comorbilidades asociadas, así como hábitos y dependencias, entre ellos el alcoholismo”.
Allí, se han reforzado las medidas de distanciamiento, así como la atención por especialistas en medicina interna, general integral, geriatras, psiquiatras y psicólogos.
Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Todos los pacientes positivos presentan evolución satisfactoria
Hasta la fecha, todos los pacientes positivos presentan una evolución satisfactoria, con estabilidad, apuntó el especialista.
Aquellos que han evidenciado características clínicas de mayor complejidad han sido atendidos en los hospitales “Salvador Allende” y “Luis Díaz Soto”, de la capital.
“No hay ningún caso que comporte gravedad; todos se mantienen bajo control”, enfatizó Martínez Blanco, y subrayó que aunque en un momento determinado pueden estar estables o bajo control, no se debe obviar su estado previo de salud y padecimientos, asociados a la desnutrición y el alcoholismo.
“Esto los hace vulnerables, por tanto, pueden presentar determinadas situaciones clínicas de gravedad que requieran mayor observación, vigilancia, atención y la aplicación de otros protocolos de atención”, puntualizó.
De acuerdo con la autoridad sanitaria, el manejo de estos pacientes se ha realizado con un protocolo de actuación riguroso, confeccionado a partir de las experiencias desarrolladas con la COVID-19.
“Se ha tratado de adecuar el tratamiento a las características de estas personas”. En el mismo se incluyen la administración del Prevengho-Vir como inmunoregulador y preventivo, así como la Azitromicina y la Biomodulina-T para menores de 55 años, y para los mayores de esa edad, el Factor de Transferencia.
También se les incorporan suplementos alimentarios y vitaminas, y se refuerza su alimentación con frutas, teniendo en cuenta las necesidades nutricionales de estos pacientes.
El universo de personas con esa condición está comprendido entre los 50 hasta los 75 años de edad. “Sobre esa base está estructurado el protocolo de prevención, así como de tratamiento, teniendo en cuenta las enfermedades de base”, indicó el director provincial de Salud Pública.
Redistribución de personas hacia otros centros
Centro Provincial de Protecció Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Se hace difícil ofrecer un dato exacto de la cantidad de deambulantes en la capital. En 2019, de acuerdo con datos aportados por el ministerio de Trabajo y Seguridad Social, existían unas 573 personas con esas conductas, 39 más con respecto a 2018.
El doctor Martínez Blanco refiere que actualmente, el sistema de atención ofrece ayuda a unas 300 personas.
“En estos momentos, el Centro de Protección, con cupo para unas 200 personas, acoge tan solo a 73, las cuales cumplen el régimen de aislamiento y están bajo tratamiento médico”, especificó el directivo.
“En condiciones de epidemia se deben cumplir un grupo de requisitos y medidas de distanciamiento social, por lo que fue necesario reducir la capacidad de esta institución”, añadió.
El resto, ha encontrado cobija en otros centros acondicionados mientras dure en el país la situación epidemiológica generada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Es así como el seminternado “8 de Octubre”, también localizado en el Cotorro, acoge a unas 60 personas que resultaron negativas a las pruebas de la COVID-19; otras 69 fueron trasladadas a la escuela “Vladimir Ilich Lenin”, mientras que 54 se ubicaron en el hospital de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
“Cada una de las instalaciones cumple el protocolo del manejo de pacientes de acuerdo con las características que presentan, y que contienen acciones de asistencia médica, así como el tratamiento preventivo de inmunomodulación y el medicamentoso para evitar complicaciones”, detalló el doctor.
Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Hasta el momento, 39 pacientes han sido dados de alta médica por haber negativizado su estado; ellos se han incorporado a la Lenin, donde se encuentran bajo vigilancia contactos sospechosos de casos positivos a partir de estar en Las Guásimas.
Martínez Blanco precisó que los casos positivos se encuentran repartidos en la UCI, y los hospitales “Salvador Allende” y “Luis Díaz Soto”.
“En la medida que van cumpliendo su régimen de tratamiento, van saliendo del área de hospitalización y se incorporan al resto de los lugares donde no tenemos pacientes positivos”, esclareció.
¿Qué va pasar con estas personas mientras dure la situación?
“Estas personas se van a mantener en cada uno de los centros, cumpliendo con el protocolo de aislamiento establecido. Permanecerán en este régimen hasta tanto no se logre la estabilidad en la situación epidemiológica y se puedan dar otros pasos, de acuerdo con las decisiones que se adopten”, indicó el director provincial de Salud Pública.
Insistió en que no se puede olvidar que se trata de personas muy vulnerables, cuya condición clínica puede ser recurrente.
Incluso, reconoció que existe un grupo de personas deambulantes que todavía se encuentran en las comunidades; sin embargo, a partir del plan de medidas aprobado por la dirección del país y por orientación del CDP, cada uno de los consejos de defensa territoriales y a nivel municipal han realizado acciones dirigidas a la protección de las mismas.
Martínez Blanco informó que se ha trabajado en la apertura de otra institución en Calabazar, en el municipio Boyeros, “que también asimilará la incorporación de personas con este tipo de conducta al sistema”.
“Esto tiene como fin no incorporar casos nuevos que vengan de la comunidad a los lugares donde ya están el resto de los pacientes bien dispensarizados y estratificados sus riesgos, con protocolos de actuación ya avanzados y con los cuales venimos logrando resultados en el tratamiento”, afirmó.
A los casos que aún están en las calles se les identificará y, en correspondencia con la adecuada evaluación y clasificación de cada uno, además de las posibilidades existentes, se determinará si clasifica para la nueva instalación u otra institución social, como son los hogares de ancianos.
“Hemos ido adaptando las acciones y descentralizando esas personas hacia las instituciones de acuerdo con sus características, no solamente sociales, sino su estado de salud y condiciones orgánicas al momento de ser identificados con alguna conducta deambulante”, dijo.
Fortalecer, aún más, las medidas epidemiológicas
Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Yoana Aguilar López, directora de Higiene y Epidemiología del Cotorro, aseguró que a partir del evento de transmisión ocurrido en ese centro se reforzaron las medidas higiénico-sanitarias.
A la desinfección constante de los lugares, el lavado de manos, el uso de baños podálicos y la restricción del acceso a las áreas, se suman las pesquisas activas y otras medidas más fuertes.
Yoana Aguilar López, directora de Higiene y Epidemiología del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
“Se realiza la pesquisa activa cada seis horas a todos los usuarios de las salas, la termometría a la entrada del centro a todo el personal, así como la desinfección con cloro de todas las superficies lisas”, explicó.
Como explica Martínez Blanco, han jugado un papel esencial la restricción por áreas, así como el control de los trabajadores de la institución, quienes deben permanecer allí por 14 días, para luego ser relevados.
En el Centro de Protección Social también permanece un epidemiólogo a tiempo completo, quien indica al personal cómo deben cambiarse los medios de protección.
“Están además los tratamientos, tanto curativos como preventivos, a los usuarios del centro y a los trabajadores”, destacó Aguilar López.
Pero sin dudas, una de las medidas que influyó oportunamente en la detección de los casos fueron los tres pesquisajes activos de la población que allí se encontraba.
En situación de epidemia como esta una de las acciones más importantes es el aislamiento para cortar la posibilidad de transmisión, y la búsqueda activa de personas con síntomas o de otros casos, a través de los métodos de diagnóstico.
El primero de ellos se realizó con tests rápidos, en ese momento dos pacientes resultaron positivos a la COVID-19.
“A raíz de esto, se realizaron 230 tests rápidos más, de ellos, 14 resultaron positivos, pero cuando se les realizó el PCR en tiempo real a esas personas solo dos fueron confirmados”. Es entonces cuando se toma la decisión de realizar pruebas de PCR al total de los trabajadores y de los usuarios del centro.
“Gracias a esa pesquisa oportuna se logró determinar como positivos a un gran número de pacientes asintomáticos que se encontraban aquí”, especificó Aguilar López.
Una de las inquietudes cuando se dio a conocer la noticia de los casos en ese centro, era si el personal que labora allí había sufrido contagios. Afortunadamente, ninguno resultó confirmado con la COVID-19.
Un asunto de muchos encabezado por el Gobierno
Aquellas personas que son trasladas a esta institución por su condición de deambulantes enfrentan situaciones sociales que no han contado con la atención requerida, en primera instancia, de la familia.
Han quedado desprotegidos dentro del ambiente social y con determinadas conductas que los hacen todavía más vulnerables y les impiden mantener una correcta higiene y un adecuado estado nutricional, caldo de cultivo para que desarrollen múltiples enfermedades.
Orestes Yánez Mestre, coordinador provincial en el Gobierno que atiende la actividad de fiscalización, control e higiene. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Para quienes presentan estas conductas se creó un centro como Las Guásimas, por el que han transitado más de 800 personas, según Orestes Yánez Mestre, coordinador provincial en el Gobierno que atiende la actividad de fiscalización, control e higiene.
Afirma el funcionario que muchas de estas personas se han reincorporado a la sociedad de forma activa, incluso, en el mismo centro. “De sus 67 trabajadores, 26 entraron como deambulantes y hoy permanecen laborando allí”.
“A veces el deambulante no es quien no tiene familia que lo atienda, sino aquellos que en ocasiones se vinculan demasiado con el alcohol y otros hábitos, por lo que tienden a deambular, deteriorando su personalidad”.
El Gobierno en la capital es el que rige un programa como este, aunque existe un grupo multidisciplinario para la atención a personas con conductas deambulantes, conformado también por la Fiscalía, la Policía Nacional Revolucionaria (para la identificación de la procedencia de las personas), Trabajo y Seguridad Social, Salud Pública y Vivienda.
“Te puedo asegurar que el Partido y el Gobierno en la capital prestan mucha atención a esta instalación; se han ido estudiando y creando las condiciones para garantizar que el centro funcione, así como la permanencia de los asistenciados en este lugar”, destacó Yánez Mestre.
Además de proporcionarles los alimentos esenciales y atenderlos clínicamente, una de las peculiaridades de este tipo de institución es la labor de los trabajadores sociales, quienes luchan por la reinserción de esas personas en distintos oficios y actividades.
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Yurisdaysi Bustamante Pérez es subdirectora de Trabajo Social de la entidad. En ella se notan, a las claras, la bondad y las ganas de ayudar a quienes pasan por el centro.
Trabaja en Las Guásimas desde 2015 y esta es la primera situación extrema a la que se enfrenta desde entonces.
Yurisdaysi Bustamante Pérez, subdirectora de Trabajo Social de la entidad. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
“Yuri”, como le dicen sus allegados, hace 20 días no ve a sus tres hijos. Ha decidido permanecer en ese lugar, donde más se le necesita.
“Nuestra función es lograr la reinserción al medio de todas estas personas, de una forma o de otra, primero tenemos que clasificarlas, para saber de dónde provienen, cuál es su familia, su problema social”, describe.
Están los menores de 60 años sin domicilio al cual regresar y que esperan por una capacidad de albergue o la entrega de una vivienda. También existen los casos de adultos mayores que no cuentan con un familiar que se responsabilice, por tanto “nos encargamos de tramitarles un hogar de ancianos”. “Asimismo, tenemos aquellas personas que sí pueden reinsertarse al medio con su propia familia”.
Es un trabajo difícil y diario porque, además, Bustamante Pérez lleva todas las estadísticas de los deambulantes de la capital.
“En un inicio, las recogidas se hacían en las áreas de Plaza de la Revolución, la Habana Vieja y Centro Habana. En cada municipio funciona un grupo multidisciplinario encargado de la caracterización de esta población y responsable de que lleguen al centro”.
En condiciones normales, una de las características de este sitio es que no es de estadía obligatoria.
“Muchas veces las personas con conductas deambulantes no desean estar aquí por tratarse de un lugar donde las van a controlar en el sentido del baño, la alimentación y los horarios, y donde les van a prohibir la ingestión de bebidas alcohólicas. Por eso, muchos prefieren la calle”, afirma.
De las historias que cada día se ven allí dice que todas son diferentes: “Cuando pienso que lo he escuchado o visto todo, llega alguien que me mueve el piso por la situación tan difícil que trae. Por aquí han pasado profesionales, deportistas, artistas, universitarios, economistas y hasta profesores, en condición de pacientes”, añade.
“A muchos hemos logrado reinsertarlos a sus trabajos, a otros muchos, no; por eso es que este lugar se convierte en la gran casa de estas personas, con la aspiración primordial de que se recuperen desde el punto de vista psicológico, de salud y social”.
En fotos, Centro de Protección Social del Cotorro
Pacientes del Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Una de las locaciones del Centro Provincial de Protección Social del Cotorro que no está en la zona roja. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Personal sanitario en su momento de descanso en el Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Personal sanitario en el Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Una de las trabajadoras del Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Centro Provincial de Protección Social del Cotorro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.