Dailyn Naranjo Rodríguez, de 25 años de edad, acude al banco de leche humana Gotita de Vida de Pinar del Río para donar ese alimento a infantes que no pueden ser lactados por sus madres debido a diferentes causas, una muestra de la solidaridad como fortaleza pese a la COVID-19.
“Sé de la importancia de la leche materna para el crecimiento y desarrollo de los menores, por eso ayudo a la nutrición de los necesitados”, aseguró a la ACN, quien allí se extrae el líquido vital que requieren su pequeña- internada en Neonatología- y otros recién nacidos.
El complejo escenario epidemiológico que vive la provincia no ha frenado los quehaceres en esa institución enclavada en el hospital provincial Abel Santamaría Cuadrado; si bien ha disminuido la entrega del alimento sobre todo por la presencia de donantes en áreas en cuarentena.
Elaine Páez Suárez, enfermera especialista en Materno Infantil, explicó que con cada donante se toman las medidas higiénico- sanitarias imprescindibles para evitar contagios con la enfermedad en ese servicio del Abel Santamaría Cuadrado.
“Continúa la recogida del alimento todas las semanas en los puntos habilitados en las áreas de salud, teniendo en cuenta los protocolos establecidos”, apuntó.
“De ese modo se ha garantizado principalmente a prematuros, graves y críticos; y solo en el mes de julio fueron beneficiados 37 niños”, dijo la doctora Liliana Rivera Oliva, neonatóloga y responsable del banco, cifra que sin dudas habla del esfuerzo de ese colectivo y de la voluntad de madres donantes.
Fundado en junio de 2011, Gotita de Vida constituye una forma de contribuir a fomentar y promover la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses.
Asimismo, atiende a recién nacidos bajo peso, con patologías quirúrgicas, retardo en el crecimiento intrauterino y disfunciones digestivas, de ahí el impacto en la salud de los menores.
La lecha donada se somete en el centro a un proceso físico-químico de análisis de la crema. / Foto: Rafael Fernández Rosell.
La leche donada la reciben de forma gratuita por madres sanas, ya sean las que permanecen en la institución asistencial o quienes mediante la atención primaria de salud la envían desde sus lugares de residencia.
En el centro se somete a un proceso físico-químico de análisis de la crema, acidez y olor; posteriormente se pasteuriza con el objetivo de eliminar la totalidad de los gérmenes patógenos y poder almacenarla mayor tiempo.
Además, se le realiza un control microbiológico en pos de determinar si es apta para el niño y luego se distribuye en dependencia de la demanda.
Gotita de Vida, el segundo de su tipo fundado en la Isla, en 2016 recibió el reconocimiento del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) por su destacada labor en la protección, promoción y apoyo a la lactancia materna.
(Con información de la ACN)