La casita infantil Barquito de papel ya arribó a su primer año de funcionamiento. El centro, ubicado a pocos metros de la entrada principal de la Empresa Pesquera Industrial La Coloma (Epicol), acoge a 16 infantes de edad prescolar, todos descendientes de trabajadores de la entidad.
Más de una veintena de dichas instituciones se han creado a la largo de la provincia Pinar del Río, y las capacidades que ofertan de conjunto superan las 600. Paulatinamente prende la alternativa que facilita la incorporación de las mujeres al empleo y que también da respuesta a las transformaciones que ocurren en el seno familiar como consecuencia del impacto de la migración sobre los hogares.
VIEJO TIMONEL
Juan Carlos Torres Hernández, jefe de servicios generales de Epicol, junto a su esposa, quien trabaja en el laboratorio de la posta médica de La Coloma, están a cargo del cuidado de una nieta, la mamá emigró.
Confiesa Juan Carlos que se siente un poco mal por la situación, ya que los hijos deben estar con los padres, y que no es lo mismo educar desde el rol de abuelo. “Prácticamente me cogió cansado, ya no cumplo las expectativas, pues en esta edad necesita jugar. Me ha hecho mucho daño, porque soy longevo, y el horario de la tarde, que debería descansar, tengo que emplearlo en cuidar a la niña.
“Acompañarle en el juego, en otras actividades y educarla; orientarla sobre las cosas que son correctas, es un tiempo extra, y ya a mi edad no es idóneo. La migración trae un gran problema para los niños. Primero, al separarlos de los padres, son los que tienen que dar el amor y el cariño que necesitan, fueron los que desearon a ese niño, el abuelo ya va a suplementar”.
Para él, la casita es de gran ayuda, porque lleva a la niña consigo temprano, y si se presenta cualquier situación en el transcurso del día, está cerca; además, puede mantenerse todo el tiempo al tanto de lo que ocurre con ella.
Igualmente, le evita hacer otra ruta o desviarse e incorporarse sin retraso al cumplimiento de sus funciones. Acota que comenzó en el centro cuando todavía la traía la mamá, quien también laboraba en la Empresa.
EL AMOR
Yusmary Rivero Albóniga, directora de la casita infantil, asegura que es un gran beneficio, porque desde las 8:30 a.m. hasta las 5.30 p.m. los infantes están al cuidado de ellos, con una alimentación adecuada y a su hora, actividades acordes a la edad, lo cual es muy importante para el desarrollo de habilidades y el bienestar general.
El colectivo lo integran, también, una educadora, dos auxiliares pedagógicas, una cocinera y una auxiliar de limpieza. Rivero destaca que la Empresa les ofrece un acompañamiento excelente, que cualquier dificultad que se presente la solucionan con inmediatez, incluso, hay proyecciones para ampliar la edificación y dotarla de un área de juego al aire libre.
Orden y pulcritud resaltan a primera vista. Rivero Albóniga destaca que es una labor que requiere de amor. Esta mujer, de 51 años de edad, se graduó como maestra primaria, luego cursó la licenciatura y, posteriormente, alcanzó el grado de Máster en Ciencias de la Educación.
Oriunda de San Juan y Martínez, pero residente de La Coloma desde su infancia, precisa que hizo su servicio social en la Isla de La Juventud. Al retornar al poblado laboró en la escuela primaria José Luis Tasende, en la cual estudió de pequeña. Allí ejerció como docente, llegó a ser jefa de ciclo, pero problemas personales la llevaron a retirarse del sector.
Casada y madre de dos hijos, asegura que el retorno al trabajo le ha hecho bien, que adora a los niños y ha sido un proceso de aprendizaje, porque no tenía experiencia en la enseñanza Prescolar, y aunque esté vinculada a la Empresa, su vocación es ser maestra.
Se siente cómoda con el colectivo que dirige y la utilidad de su labor. Como esposa de pescador, cocinero de la embarcación Argus II, espera que el próximo levante de veda les sea favorable y traiga prosperidad al poblado, que no solo se embellece con la cercanía al mar sino que de él obtienen el sustento.
HABRÁ MÁS
Epicol posee unidades en varios municipios de la provincia, y entre las proyecciones inmediatas se encuentra crear otra casita infantil en Cortés.
Esta alternativa para el cuidado de los infantes se consolida, pues en el territorio hay otras cinco de diferentes sectores ya concebidas. Proteger a nuestros niños y asegurar que quienes estén a su cargo puedan incorporarse al empleo es un propósito que merece todo el empeño.