Entre los atletas más profesionales con los que cuenta hoy la pelota en Cuba está Erlys Casanova. El hijo del Señor Pelotero es de esos hombres que no cree en las casualidades, dedica esfuerzos y tiempo a cada una de sus tareas. Casanova es de una estirpe heredada de su familia, trabajador, humilde, buen padre y un hijo consagrado.
Hace ya 18 series que viste el traje de un equipo historia en los pasatiempos nacionales de Cuba. No ha contado con toda la gracia de los que deciden en la conformación de los equipos nacionales, pero no le molesta, invierte esas energías que otros pudieran utilizar en lamentaciones, para ponerlas con más fuerzas en seguir preparándose, buscando nuevas metas.
El moreno que lleva el número 52 en la espalda, como justo reconocimiento a un gran amigo que ya no vive en Cuba, camina tranquilo, porque sabe que todo ese tiempo dedicado al mundo de las bolas y los strikes, siempre ha valido la pena. Erlys no sabe de casualidades, reconoce en la familia su motivación especial.
Amante de los caballos y la tierra de Vueltabajo, siente aquí el mejor resguardo para aplatanarse con los suyos, por lo que lucha en cada salida al box con la mirada fija en objetivos concretos, sin artificios, solo con la magia de su tenedor y la confianza puesta en el sueño de volver a levantar la corona con Pinar del Río.
Más de una vida desde el box en nuestras series nacionales, ¿cómo se siente al paso de este tiempo con Pinar del Río?
“Te digo la verdad, un poco cansado, son ya 18 series, pero contento y dispuesto a seguir trabajando. Espero poder lograr mis metas este año, terminar la serie, conseguir las 100 victorias y llegar a los 1 000 ponches. Creo que cuando alcance estas metas voy a terminar”.
Tú eres uno de los peloteros en Cuba que, a criterio de muchos especialistas, ha sido más maltratado a la hora de integrar selecciones nacionales. ¿No te afecta esto desde el punto de vista psicológico?
“No me afecta, porque siempre he jugado para mí, nunca lo he hecho con la intención de estar en el equipo nacional ni brindarle los resultados a alguien en específico.
“Más allá de todo eso, juego para mí y para mi familia, porque me gusta sentirme bien y trato de legarle ese ejemplo a mis hijos. Y si el resultado es positivo, bien, si no me llaman al equipo nacional, bueno, felicidades. Por eso es que no me ha afectado psicológicamente, ni en ningún otro plano.
“Si estoy bien, si no estoy, creo que debo hacer más. Como me dijo mi papá el año del cuarto Clásico Mundial que dirigió Carlos Martí, sino estás en el equipo, debes hacer más. Yo pensé y creí que podía haber estado en esa selección, por los resultados y estaba molesto, pero se los dejo a ellos, los que deciden”.
Hablemos de la familia. ¿Cómo fue este cambio de bateador a lanzador?
“Tenía 17 años y estábamos en los juveniles, el entrenador de pitcheo era Román Suárez. William, un amigo mío se lesiona, entonces Román me dice ‘oye, me hace falta que me tires unos juegos hasta que se recupere William’. Le dije ‘no hay problema’.
“Yo no había lanzado nunca, gané cinco, no perdí, solo tiraba recta de 90 y 91 millas. Entonces me dijo ‘no cojas un bate más, tú no eres bateador, tú eres pitcher. Todo lo que se iba a batear en tu familia lo bateó tu papá. Tú eres lanzador’. Y desde ese momento hasta ahora, he sido lanzador. Y creo que no fue una visión descabellada. Hay jugadores que tienen mucha potencia en el brazo y se aferran a ser jugadores, y creo que, si tienen posibilidad de ser lanzadores, lo pueden intentar, les iría bien”.
Eres uno de los atletas que ha pasado por varias generaciones en el conjunto de Pinar del Río. ¿Con cuál te quedas? ¿Con cuál te has sentido más a gusto?
“Bueno, respetando todas las generaciones, creo que la de la Serie 50, 53, 51, esa generación que éramos más o menos de la misma edad, un año o dos, de diferencia. Creo que fue una generación para mí que marcó, porque hubo que hacer grandes esfuerzos para ser campeones y trabajamos mucho, bien unidos, como un equipo de verdad. No es que ahora no se haga, pero en esa todos tirábamos juntos. La recuerdo con mucho cariño”.
Volvamos al plano familiar, ¿cómo es la vida de Erlys Casanova en el plano más íntimo?
“La familia bien, gracias a Dios. Mi esposa, mis dos niños y el resto, mi mamá, mi papá, mi abuela, son los más cercanos que tengo. Convivimos siempre juntos. El apoyo de ellos es vital, sin ellos nada.
“Ahora mismo la situación que tengo, sobre todo que no puedo salir a lanzar o a jugar como visitador por los cuidados que demanda mi hijo mayor. Él requiere mucho de mi atención y estar pendiente siempre de él, mi esposa lo cuida como si fuera también de ella, pero yo tengo mucha responsabilidad en su crecimiento.
“Mi familia es muy unida, gracias a eso he podido en estos últimos años jugar mejor, porque la situación ha sido un poco compleja con el tema del niño grande, pero bueno, espero poder resolver esta situación. Y si llegamos a los play off, que pienso que sí, poder aportar más al conjunto y estar más con el equipo”.
¿Ya tienes la guarda y cuidado del niño, o todavía no te entregan la ahora llamada responsabilidad parental?
“Tuve un proceso legal sobre la guarda y cuidado, o como se llame ahora la responsabilidad parental, aún no se me otorga el permiso o la aprobación para tenerla, para que él pueda tener pasaporte, documentos migratorios para poder viajar.
“He tenido que rechazar varios contratos por esta situación. Aquí en Cuba el niño va a la escuela todos los días y tengo que estar ahí con él. Cuando salgo de contrato, juego una vez a la semana, tengo tiempo para cuidarlo, atenderlo bien y a la vez puedo jugar mejor, pero aquí se me hace muy complejo, o sea, cómo se juega el campeonato en Cuba, ahora son cinco juegos que es más fuerte, más pegado todavía, y la situación es un poco compleja, pero espero la decisión del Tribunal, y estoy convencido de que debe ser a mi favor y así continuar con mi carrera”.
Tú has jugado en otras ligas, europeas todas. ¿Qué te ha impresionado?
“De esas ligas me impresiona la organización que tienen, aunque no son tan fuertes como las otras que se conocen en el mundo, sobre todo aquí en América, que se juega un poco más de béisbol, la organización que tienen, la seriedad y, fundamentalmente, la atención a los atletas.
“Creo que lo que más me ha llamado la atención es la posibilidad para nosotros los jugadores cubanos de participar en esas ligas, ya sea en Europa, en América, en Asia, es un beneficio. Hasta ahora he tenido la oportunidad de jugar en Europa nada más. Pero bueno, estoy esperando, abierto a cualquier contrato, siempre y cuando pueda resolver la situación de mi hijo”.
¿Consideras que jugar a las 2:00 p.m. posibilita realizar la correlación trabajo descanso? ¿Qué consideraciones tienes al respecto de esta decisión?
“A las dos de la tarde no se juega en ningún lugar del mundo. Es una situación difícil y el clima no te acompaña. Mucho sol, mucha temperatura y el desgaste físico es evidente. Y sobre todo para los lanzadores abridores, porque tienen más días de recuperación. No da tiempo a recuperarse al otro día para jugar a la misma hora, con el mismo clima, o quizás un poco más de sol. El entrenamiento se dificulta bastante, porque practicas por la tarde después del partido o por la mañana.
“¿Pero cómo vas a hacer eso? Si juegas a las dos de la tarde. No es como antes, que tú jugabas a las siete de la noche. Bueno, tú podías salir del hotel, entrenabas a las ocho de la mañana, lo hacías bien y tenías tiempo de recuperarte desde las 12 del día hasta las siete de la noche. Los lanzadores llevan preparación, entrenamiento, pero también tiempo de recuperación”.
¿Por qué tiras siempre nueve innings, no hay confianza en el bullpen?
“No es que no exista confianza, recuerda que ahora son cinco partidos seguidos, siempre y cuando tú puedas tener tu bullpen listo y fresco para los otros juegos, porque un juego no se parece a otro, y hoy no sabes qué va a pasar mañana.
“Tú juegas hoy, ganas hoy, y veremos mañana. Si tú puedes resolver el problema, o sea, ganas un partido con un lanzador, no hay porqué usar los de atrás. Recuerda que la rotación de nosotros es de cinco abridores y rotamos seis, siete días, entonces hay tiempo de recuperación.
“Pienso que todos los equipos pueden hacer eso, nosotros más que tenemos muchos lanzadores jóvenes con inexperiencia, que quizás ahora te hacen un buen trabajo, pero mañana a lo mejor no, por eso tiro hasta el final, no creo que sea porque no exista confianza”.
En esta serie se ve que trabajaste con el tenedor como lanzamiento. ¿Quién te lo enseñó?
“Este año busco cifras redondas: 100 victorias, 1 000 ponches. Tuve la posibilidad de hablar con el “ciclón”, Rogelio García. Le comenté que necesitaba que me ayudará a alcanzarlas. Le dije: ‘oye ciclón, quiero ponerle más potencia y que se mueva más’. Y desde el primer día de la preparación de pretemporada hicimos un trabajo específico con este lanzamiento.
“Dos bullpen a la semana de 100 o 120 lances. Y trabajando específicamente con el tenedor, qué manera de soltarlo. El golpe a la muñeca, tirarlo en zona buena, en bola, tíralo por dentro, mueve la mano en el conteo favorable o desfavorable, y creo que hasta ahora se ve el resultado. Aunque siempre se puede perfeccionar y mejorar todos los días el lanzamiento”.
¿Me has hablado de varios entrenadores, específicamente ¿cuáles son los que más te han marcado desde el punto de vista del pitcheo?
“Bueno, ya te hablé de Rogelio García, Jesús Guerra, el profesor Cortina, Bosmenier, que cuando yo estaba empezó Raciel Sánchez. Todos los entrenadores que han pasado por aquí, por los equipos, de cada uno he aprendido un poco. Esa es la clave de un buen resultado, aprender siempre y llegar a tomar lo positivo de todos para que puedas obtener un buen resultado.
“De Juan Carlos Oliva, con quien trabajé mucho en mis inicios, aprendí a cómo estar listo desde el relevo. Del profesor Cortina con el cambio, con el tiempo en el movimiento desde el box. Y el año que dirigió Pedro Luis Lazo fue muy bueno, Pedrito fue el mejor lanzador de Cuba. Aprendí mucho de él, y lo que más aprecié de Lazo fue la confianza que me dio en los dos años que estuvo como director”.
¿Cuál es el conjunto que más te ha marcado?
“Mi equipo Pinar del Río, llevo 18 años aquí. Para mí Pinar del Río ha sido mi escuela, mi casa, mi todo. Fuera de este equipo me quedo con Industriales. Estuve tres años con ellos. Ahí hay un grupo de muchachos excelentes, un grupo de entrenadores también de mucha calidad humana, en especial Rey Vicente Anglada. Tuve la posibilidad de jugar con él y presentar una situación personal, conocí de su valía humana. Pero mi Pinar del Río, ese es mi equipo hasta la muerte”.
¿En qué estadio es más difícil lanzar para Erlys?
“En Cuba el estadio más difícil es el Latinoamericano; sin embargo, ahí me siento cómodo. No es fácil soportar la algarabía de 50 000 espectadores. Creo que es un estadio difícil. El otro es el Guillermón Moncada. El Capitán San Luis se hace difícil porque tú eres de aquí y es tu público. Tú siempre quieres dar lo mejor y nunca quedar mal. Pero esos dos estadios, Latino y Guillermón, son fuertes, ejercen mucha presión”.
Después de 18 años, ¿consideras que valió la pena?
“Consideró que valió la pena. Y si la vida me da otra oportunidad, si pudiera y tuviera las condiciones, volvería a jugar béisbol. Llevar una vida casi dedicada a algo y tener resultados, eso no tiene comparación. Creo que siempre vale la pena. Y cuando tú trabajas y te esfuerzas, vale la pena aún más, porque tú estás poniendo empeño”.
Prácticamente está ahí, latente el objetivo de este año. De lograrlo terminas, de no ser así, ¿continúas?
“Ojalá pueda conseguir los objetivos que tengo trazados, que son las 100 victorias y los 1 000 ponches. Pero de no lograrlo, no sé, creo que es posible que termine, son 18 temporadas, se sienten. Ojalá pueda terminar con la victoria este año y llegar a esa cifra redonda”.
¿Cómo quisiera Casanova que la fanaticada de Pinar del Río y Cuba te recuerde siempre?
“Que me recuerde como he sido siempre, un pitcher con mucha disposición y listo para el trabajo. La entrega es mi arma fundamental. Creo que es lo que he hecho toda mi carrera y es lo que he logrado.
“Que siempre puedan contar conmigo en cualquier equipo que he estado, así quiero que me recuerden, como un lanzador, con el cual puedan contar, como un incansable trabajador, amante de esta tierra verde y cubano 200 por ciento”.