En los últimos años ha aumentado el consumo de boniato, y creemos que también se ha ampliado la forma de consumir este tubérculo, no sólo se disfruta asado o en guisos, también se hacen todo tipo de postres, sustituyen al pan en unas tostadas… Y es que el boniato es uno de esos alimentos que, además de ser accesible y económico, es muy versátil, tan apropiado para la cocina dulce como para la salada, a lo que hay que sumar que es un alimento saludable.
El boniato anaranjado es más rico en ciertas vitaminas que el blanco, como la provitamina A o betacaroteno, el pigmento vegetal responsable de los colores rojos, anaranjados y amarillos de los alimentos vegetales. Mientras el boniato blanco contiene más almidón y menos azúcares, es menos dulce.
El boniato está compuesto por un 70% de agua (aproximadamente) y un 30% de materia seca, en su mayoría son carbohidratos, alrededor de un 70% de éstos son almidón.
Cuando los boniatos se cocinan a baja temperatura (entre unos 57-70º C aprox.), el almidón se convierte en maltosa y dextrinas, la maltosa es un azúcar compuesto por dos moléculas de glucosa que endulza una tercera parte de lo que lo hace el azúcar de mesa, a partir de los 75º C la degradación del almidón cesa. Es por ello que si el boniato se cocina a baja temperatura, resulta más dulce.
Boniatillo cubano
Ingredientes:
- 1 libra de boniato
- 1 libra de azúcar blanca
- 2 yemas de huevo
- ½ litro de agua
- 1 cucharada de vino moscatel (puedes utilizar otro vino dulce)
- 1 ramita de canela
- ½ cucharadita de canela en polvo
Preparación:
Pelamos y hervimos los boniatos hasta que estén totalmente blandos, escurrimos y reducimos a puré con la ayuda de un tenedor hasta que no queden grumos para que la textura del boniatillo sea fina. Luego hacemos un almíbar ligero utilizando el agua, el azúcar y la ramita de canela.
Cuando el almíbar esté listo lo añadimos inmediatamente al puré de boniato, lo ideal es ir echándolo poco a poco y revolver para que se vaya integrando mejor.
Si prefieres pásala por una batidora y luego cuélala, de esta forma quedará una mezcla sin rastros de fibra, más homogénea y lisa. La agregamos a una olla y la colocamos al fuego moderado para cocinarla hasta que se espese, revuelve constantemente, así evitas que se pegue. Mientras tanto batimos las yemas, le añadimos el vino seco e incorporamos poco a poco a la olla con el boniatillo.
A esta mezcla se le vierte un poquito del boniatillo, se une bien y se adiciona al resto. Volver a poner al fuego y cocinar por unos minutos, sin dejar de revolver. Se retira del calor y después de refrescarlo, se vierte en una dulcera y se polvorea con canela.