Bipolaridad, episodios con dos caras

Bipolaridad, episodios con dos caras

La depresión maníaca o sicosis maniacodepresiva es lo que hoy en día se conoce como trastorno bipolar, una enfermedad mental incluida en el grupo de los llamados trastornos del estado de ánimo  y que afecta a hombres y mujeres por igual, incluso en ocasiones aparece en niños, aunque no es común.

¿Cuáles son los indicios de que una persona sufre este padecimiento? La bipolaridad puede ser crónica o episódica y por lo regular comienza al final de la adolescencia. Se manifiesta a través de cambios inusuales y extremos en el estado de ánimo.

En el caso de los episodios maníacos, una persona puede sentirse muy feliz, irritable u optimista con un marcado aumento de la energía y la actividad. Por otro lado, durante un episodio depresivo, la misma persona puede sentirse triste, desesperada, sin propósito ante la vida, decaída o ansiosa.

Los episodios varían, pueden durar días o incluso semanas y en algunos pacientes pueden ser más leves que en otros. Esos cambios de comportamiento suelen ser ignorados por la persona bipolar y causar serios problemas con la familia, los amigos o el trabajo.

Existen varios tipos de trastorno bipolar: está el tipo I que se caracteriza por episodios maníacos que duran al menos siete días o cuando son tan graves que necesitan atención hospitalaria y también se producen estados depresivos separados que suelen durar al menos dos semanas.

El trastorno bipolar II se define por un patrón de episodios depresivos pero también hipomaníacos y está el trastorno ciclotímico que incluye estos síntomas persistentes pero que no son tan intensos ni tan frecuentes.

La bipolaridad puede ser un factor importante en el suicidio, la pérdida del trabajo o el distanciamiento familiar y aunque se desconoce la causa de esta enfermedad, los especialistas la tratan con medicamentos, psicoterapia o una combinación de ambos.

Según la Organización Mundial de la Salud, este trastorno afecta a cerca de 45 millones de personas en todo el mundo y aunque en Cuba no se registran estadísticas que evidencien una prevalencia de la enfermedad, se realizan investigaciones encaminadas a su detección temprana para lograr una mejor evolución de estos pacientes.

Los bipolares, en medio de una crisis, pueden decir o hacer cosas inusuales o hirientes a personas que estiman o aman, por ello es imprescindible que ante un diagnóstico que revele la presencia del trastorno, la familia forme parte indisoluble de la atención y el tratamiento al paciente, pues es el único asidero que tienen para no aislarse o agravar su condición.

El medicamento más conocido para tratar esta enfermedad es el litio, lo que conlleva un chequeo periódico de la cantidad de la sustancia en la sangre para ajustar la dosis de cada persona.

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