El daño ocasionado a Cuba por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos alcanzó cifras récord el pasado año y hoy continúa sumando afectaciones.
De acuerdo con el informe elaborado por la nación caribeña, las pérdidas entre abril de 2019 y marzo de 2020 superaron por primera vez los cinco mil millones de dólares (cinco mil 570,3 millones de USD), incluso sin contabilizar los perjuicios ocasionados durante la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, las agresiones de la administración de Donald Trump, en lugar de disminuir en medio de la emergencia sanitaria internacional, fueron reimpulsadas con nuevas medidas, hasta alcanzar al concluir su mandato más de 240 disposiciones que continúan vigentes.
Las instituciones del país antillano calculan ahora los números correspondientes al periodo comprendido entre el 1 de abril y el 31 de diciembre de 2020, pero el sufrimiento incrementado de la ciudadanía es imposible de traducir en guarismos.
La paralización económica mundial y la escasez de productos se vio multiplicada en la isla por los efectos del cerco económico, y solo en el sector de la salud, hacia donde todo el planeta encaminó sus esfuerzos, obstaculizó la adquisición de medicamentos, insumos y equipos imprescindibles.
De acuerdo con el Ministerio de Salud Pública cubano, en apenas nueve meses de 2020 las afectaciones por el bloqueo superaron en más de 38 millones de dólares a las recibidas el año anterior.
Es decir, si entre abril de 2019 y marzo de 2020 esa política causó pérdidas en el orden de los 160 millones 260 mil 880 dólares; del 1 de abril al 31 de diciembre de 2020 llegó a 198 millones 348 mil dólares.
En esos números están presentes los problemas que enfrentaron las donaciones de mascarillas y kits diagnósticos para llegar a territorio cubano, como sucedió al fundador de Alibaba Group, Jack Ma, a quien la empresa transportista estadounidense contratada le declinó la encomienda a última hora.
También abarca la imposibilidad de comprar ventiladores pulmonares a la compañía norteamericana Vyaire Medical INC., o la negativa de varios bancos a transferir donaciones realizadas por las organizaciones de solidaridad MediCuba-Suiza y Asociación Suiza-Cuba, para la compra de reactivos e insumos de protección.
Otros ejemplos podrían sumarse, como la negativa de la aerolínea Avianca a aceptar mercancías con destino final Cuba, o el silencio de unas 70 compañías estadounidenses ante la solicitud de adquirir medicamentos, equipos y otros materiales necesarios.
No es la salud sin embargo el único sector afectado, a pesar de la contracción sufrida por todos, cada uno registra su propio saldo dentro de los perjuicios que el bloqueo causa; la construcción, por ejemplo, sumó más de 18 millones de dólares entre abril y diciembre de 2020.
‘Nadie con un mínimo de honestidad y con datos económicos que son de dominio público puede desconocer que ese cerco constituye el principal obstáculo para el desarrollo de nuestro país’, dijo en la clausura del 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, su primer secretario Miguel Díaz-Canel.
Añadió que esa verdad no intenta ocultar las insuficiencias propias del desempeño económico de la nación caribeña, pero nadie puede ‘quitarle al bloqueo ni un adarme de culpa’ de los principales problemas que tiene para avanzar en la búsqueda de la prosperidad y el bienestar, insistió.
Comentó que hacerlo sería negar el dominio casi absoluto que tiene Estados Unidos sobre los mercados globales y las finanzas, y su determinante influencia en la política de otros gobiernos.
A pesar de ello, el mundo da muestras de respaldar el reclamo de Cuba de poner fin a seis décadas de asfixia económica sobre su pueblo, como evidencian las caravanas y movilizaciones internacionales; además de 28 votaciones en el seno de las Naciones Unidas.
También lo reflejan las voces que desde la sociedad estadounidense demandan el levantamiento de todas las medidas unilaterales y la normalización de relaciones con la isla, incluido un amplio grupo de congresistas. ¿Habrá oídos receptivos en la Casa Blanca?