La Educación se encuentra hoy entre los sectores más afectados por el bloqueo que impone Estados Unidos a Cuba desde hace más de seis décadas, y recrudece con el propósito de subvertir el proceso revolucionario en la isla.
De acuerdo con estimaciones, entre enero y julio de 2021, los daños ocasionados por el cerco estadounidense en esta esfera ascienden a unos 30 millones 32 mil 550 dólares.
La imposibilidad de acceder al mercado de esa potencia y otros países de América Latina y el Caribe, dominados por empresas y firmas de los Estados Unidos dificulta la obtención de la base material de estudio, el mobiliario y el equipamiento imprescindibles para llevar a cabo el proceso docente educativo con mayor calidad.
Esas disposiciones limitan el intercambio académico, e imposibilitan la participación de profesores y especialistas cubanos en numerosos eventos virtuales.
El impacto de esa política afecta sensiblemente a la Educación Especial, pues obliga a adquirir equipamiento especializado en mercados geográficamente distantes, con el consiguiente incremento en los costos.
Tales disposiciones han imposibilitado la compra de aditamentos como las sillas de ruedas eléctricas para niños con discapacidad físico-motora que, por sus patologías de base, no pueden utilizar las convencionales, detalló el informe presentado recientemente por Cuba ante la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), sobre la necesidad de poner fin a esa política hostil de Washington.
Debido la extra territorialidad de ese cerco, por ejemplo, en julio de 2021 la empresa británica Gecko Arts and Media, proveedor habitual de material escolar para entidades cubanas vinculadas a la educación especial, decidió retirar las garantías para el comercio con Cuba.
El 3 de noviembre pasado el mundo abogó de manera casi unánime, por trigésima ocasión, por el levantamiento del bloqueo, con el voto favorable de 184 países y solamente dos en contra (Estados Unidos e Israel).
Cuánto tiempo más mantendrá vigencia esta hostil política, es una pregunta que Washington no logra responder sin revelar sus propósitos injerencistas y absoluto desprecio por el pueblo cubano.
Pese a ese colosal obstáculo a su desarrollo, Cuba mantiene un sistema educativo universal y gratuito, al que destina esfuerzos e importantes recursos que el pasado año representaron el 24 por ciento de su presupuesto estatal.