Con un lleno total como ha sido costumbre desde el regreso a su tierra, la selección de Pinar del Río gana más y más simpatías. Un juego dinámico y la garra de antaño presente, es aplaudible por los miles de pinareños que llegan hasta el coloso de “Herriman”.
Guiados por sus ases desde el home play: William Saavedra, Yasser Julio González y Alexey Ramírez, tres de los que más empujan, van a paso seguro. Yasser Julio tiene un total de 17 remolques, y la cifra no menos despreciable de seis cuadrangulares, lo que lo hace un bateador temido por cualquier lanzador en nuestro pasatiempo nacional.
Saavedra no es segundo de nadie, y a pesar de su veteranía y los problemas de salud que le han estado rondando, le pasa por encima a sus más de 15 campañas beisboleras. Aparece con 16 traídas al plato y cinco batazos de vuelta completa, la mayoría a la hora que lo necesita su equipo.
Alexey es clave, no solo por la motivación que implica tener a un ex ligas mayores de una calidad suprema, a pesar de sus más de 40 años. A falta de ocho cuadrangulares para la mítica cifra de 100 en series nacionales, su nombre sigue sonando en cada reporte de la actual Serie. Ahora, como segundo bate, ha podido traer a varios compañeros a la registradora, 11 en total.
Todo esto ayuda mucho a un pitcheo maltratado con la salida de Erlys Casanova y Frank Luis Medina, los mejores cerrojos desde la lomita de los suspiros. La buena noticia parece llegar del brazo de un novato que tiene somatotipo de lanzador, aunque bien le faltan unas libras que puede incorporar en su paso por los bufets de la Isla, con su elenco Pinar del Río.
Randy Román es esa joya, que lanza a la zurda, y le colgó este miércoles varios ceros a las avispas santiagueras que han llegado impetuosas a la subserie que corre. El zurdo, sin mucho ruido, mostró buena velocidad, control y una curva difícil para cualquier rival. Estos argumentos serán válidos para volver asumir la compleja tarea de iniciar partidos.
Es precisamente aquí, en el área de los lanzadores, donde comenzará el sufrimiento de ahora en adelante (si lo duda, guarde estas líneas para cuando hagamos el repaso del torneo): atletas muy jóvenes y con poca experiencia competitiva, lo más importante, su bajo rango de efectividad en el rendimiento a la hora de relevar.
Para tener unos datos ilustrativos, miremos cómo creció el promedio de carreras limpias que inició esta semana en 2.79, mientras hoy, aún sin finalizar esta subserie ante Santiago de Cuba, exhibe un 3.43. Responsables de este crecimiento en gran medida, los serpentineros encargados de preservar el resultado y la inestabilidad de algunos abridores como Branlys Rodríguez, Mario Valles y Yeniel Medina, por encima de los números establecidos de promedio de carreras limpias PCL 7.88, 12.46 y 7.71, respectivamente.
La buena noticia para los verdes está en las vibras positivas y la motivación desde la banca, armas que, al decir del máster en Ciencias para la alta competición, Reinier Acosta, psicólogo del equipo, ayudan a suplir elementos deficitarios como el espectro de la concentración de algunos lanzadores.
Hasta la fecha, la defensa es otro de los tres aspectos fundamentales, aunque sigue con números horribles, similares a los de la pasada campaña. Hoy, en 526 lances, cometen 19 errores, la mayoría en tiro, lo que tumba por tierra el mito de la mala calidad de los terrenos.
Todos estos números ponen una verdad de manifiesto, y es que, aunque con una permanencia entre los máximos ganadores de la tabla, si se aspira a clasificar, deben seguir enmendando factores que deciden dentro de las dos rayas. Regresar a la élite necesita mucho de eso, juventud hay, deseos, sobran, y un pueblo como protagonista en cada una de las esquinas beisboleras está.
Al cierre de esta edición se definía la celebración del tercer choque entre ambos equipos, debido a las inclemencias del tiempo.