Un inusual ajetreo se percibe en el hotel Sol Encanto ubicado en el reparto Carlos Manuel en la ciudad Pinar del Río, y es que esta unidad de la Empresa Provincial de Alojamiento y Gastronomía (Epag) es una de las que recibe a los pinareños residentes en el exterior para cumplir con la etapa de aislamiento.
Un equipo médico del policlínico Pedro Borrás, conformado por la doctora Nancy Díaz Reyes, el enfermero Pedro Enrique Otero y la auxiliar Esperanza Iriarte cumplen con todos los protocolos de higiene en su turno de 24 horas.
“Hasta ahora atendemos a 9 pacientes, 7 provenientes de Estados Unidos, uno de España y uno de México, todos aislados en sus cuartos. Usan nasobucos y se les cambian cada dos horas. Les tomamos la presión y la temperatura. Ya se les hizo el test rápido y ninguno dio positivo al Covid-19, pero aquí permanecerán los 14 días estipulados”, informó Díaz Reyes.
Eloísa Núñez López, una de las pacientes que se encuentra en esta unidad, nos mostró su interés en dar testimonio de su admiración por este colectivo.
Soy profesora de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca y me encontraba cumpliendo un contrato de trabajo en México, en una maestría de Ciencias de la Educación. Ante esta pandemia estar en Cuba era mi único anhelo y agradezco a la rectora Atenea Román y al cónsul, quienes lograron adelantar el pasaje para regresar a mi tierra.
“Pasé por tres aeropuertos y las noticias desastrosas en el mundo, cubierto de muertes, me estrujaban el corazón. Ese dolor no pasa, pero aquí estoy a salvo. Nos recibieron muy bien en el aeropuerto José Martí y nos explicaron la necesidad de llevarnos a un aislamiento, algo que agradecí, pues debemos cuidar la salud de la familia, de la comunidad y de toda la provincia.
“El regreso fue en un taxi con la custodia de un patrullero. A la entrada a Pinar empecé a llorar y el chofer me decía: ¿se siente usted mal?
Yo solo atiné a decir: Lloro de emoción, esta Revolución es muy grande, mira lo que hace por una de sus hijas, ama a todos sus hijos sin distinción. Gracias a usted también que arriesga su vida y es tan amable.
“Quiero agradecer a los trabajadores de este hotel, son una unidad modelo en el derroche de amor y de atenciones. Cada noche a las 9 desde mi cuarto, aplaudo, grito a viva voz Viva Cuba Cuba Salva”.