Los cosecheros en Pinar del Río están con las botas puestas y la manga al codo – como se dice en el habla popular- porque contra toda contingencia la provincia enfrenta el desafío de la peor preparación de una campaña a contra reloj, pero se empeñan en sacar el fruto a la tierra y conseguir las 18 000 toneladas de tabaco que necesita el país.
El Pleno Provincial del Partido profundizó en la forma en que se hace la nueva cosecha 20/21,; se escuchó a los más conocedores, mientras la provincia cuenta con las fuerzas experimentadas que cada año aportan al país el 70 por ciento de la aromática hoja.
En la antesala de la reunión Virginio Morales Novo, especialista del grupo de agrotecnia de Tabacuba, expuso a los periodistas cuál es la situación y por qué el plan de 19 700 hectáreas previstas se reajustó ahora a solo 16 170.
En condiciones normales ya podrían estar plantadas cerca de 8 000 hectáreas para esta fecha, sin embargo solo hay algo más de 1 100.
Puntualizó el especialista que los campesinos están acostumbrados, ya que en otras ocasiones la campaña se ha corrido de fecha, pero sí es la primera vez que ha sido tan fuerte y agresiva la situación, porque los fenómenos meteorológicos fueron consecutivos en octubre y noviembre y el 18 de noviembre todavía en San Juan y Martínez cayeron 105 milímetros de agua.
Y aun así, aseguró, que estarán regando semilleros hasta el 15 de diciembre y con ellos garantizarán las posturas para la actual campaña, que debe ser buena. Para eso se cuenta con los fertilizantes, pesticidas y combustibles, además del esfuerzo de los campesinos.
Julio César Rodríguez Pimentel, integrante del Comité Central y primer secretario del Partido en el territorio, destacó que cuando se recorre la provincia, se aprecia un hormiguero de personas en los campos. El tabaco depende mucho de las condiciones de la naturaleza, pero también del estado de ánimo de los más de 100 000 personas que intervienen cada año, y con eso tiene que ver la labor político ideológica.
Dijo que todos los días se materializan movilizaciones hacia la agricultura, convocadas por la Central de Trabajadores de Cuba y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, pero llegado el momento la mayoría del pueblo apoyará, como siempre, las actividades tabacaleras.
A la provincia le ha coincidido esta campaña con la pandemia del COVID-19, la agresividad del bloqueo estadounidense, la inestabilidad de la economía mundial -que incide directamente en el país- y los problemas climatológicos adversos, pero la población debe tener conciencia que el pasado año los tabacaleros aportaron al país 293 millones de dólares.
Una muestra de la grandeza de los pinareños está presente en la lucha contra los perjuicios de la situación sanitaria, por lo cual los trabajadores de Deportes, Educación, Cultura y otros están laborando en el saneamiento de hospitales y en la limpieza de pueblos y ciudades.
Omar Conde Díaz, funcionario del Comité Central del Partido, reconoció el intenso trabajo de Pinar del Río y enalteció su importancia a nivel nacional en este renglón exportable, pues en la provincia se produce todo tipo de hojas de tabaco para la producción nacional y la exportación.
En el debate se abordaron temas como los rendimientos, principal secreto de la eficiencia; el cumplimiento de los instructivos técnicos, porque sin ellos es impensable que las cosas salgan bien; el correcto uso de los recursos, máxime que están disponibles, pero son altamente costeables y, de manera especial, el aprovechamiento al máximo de la tracción animal.
Aunque en todos los territorios se trabaja con igual intensidad, la Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco de San Juan y Martínez, la mayor productora, ofrece una respuesta sólida y favorable, porque en primer lugar están entusiasmados.