Para Cuba no había otra opción que salir este domingo de la cancha de la ciudad eslovena de Ljubljana con una victoria en el bolsillo. Era vencer o despedirse de un Campeonato Mundial que acoge a las 24 mejores selecciones del planeta para disputar un título codiciado.
Net por medio estaba Catar, el rival más débil del grupo B, pero cuando se ha soñado tanto con una competencia como esta queda poco tiempo para la confianza. Tras la victoria de 3-1, ahora vienen los difíciles japoneses.
Frente a los árabes Cuba apenas realizó un cambio respecto a la formación titular que abrió ante Brasil. Como sucedió durante todo el primer partido, esta vez el pasador Liván Taboada llevó la distribución del juego desde el inicio, acompañado por Osniel Melgarejo y Miguel Ángel López en las puntas, Robertlandy Simón y Liván Osoria por el centro y Jesús Herrera como atacador opuesto.
El primer y el segundo sets pasaron tranquilos, con un dominio cubano que no dejó demasiados sobresaltos. En el inicio, los cinco puntos de Herrera y López, junto al dominio colectivo en ataque y bloqueo, dejaron una pizarra de 25-21 que solo en tres ocasiones vio a Catar ligeramente por delante. Sin embargo, en el final del parcial la selección caribeña no dio espacio para las dudas.
En la manga siguiente ocurrió algo similar, aunque esta vez los cataíes solo estuvieron por encima cuando el tanteador marchaba en un tempranero 3-4. Desde ahí en adelante Cuba hizo su trabajo para cerrar con otro favorable 25-21. Ahora los siete tantos de Robertlandy y los cinco de Miguel Ángel comandaron una ofensiva que acumuló 13 puntos en ataque, dos en bloqueos e igual cantidad desde la línea de saque.
El bloqueo cubano debe funcionar aún mejor ante Japón. / Foto: Volleyball World.
Sin embargo, en el tercer set la selección antillana cayó en uno de sus frecuentes bajones competitivos y por momentos parecía un equipo diferente. En los números Catar fue incluso mejor en bloqueo y servicio, y en un parcial definido por 22-25 en contra de los cubanos, extrañó sobre todo la ausencia de movimientos desde una banca con hombres como Marlon Yant o Michael Sánchez perfectamente capaces de mover el juego criollo.
Porque más allá de sustituir a un jugador cuando no luce bien, los cambios sobre la cancha también evitan las lecturas anticipadas del rival, el acomodo a un pase, a una velocidad de ataque o a una altura del bloqueo. Las sustituciones no son un castigo para quien baja su rendimiento, sino una inyección de oxígeno, un golpe también en la mentalidad de quienes están sobre la cancha y necesitan apenas un empuje para volver a brillar. Sin eso, el voleibol moderno sería demasiado estático.
Así se llegó al cuarto parcial, y allí otra vez Cuba mostró por qué salía como favorito para llevarse el triunfo ante un equipo que ya es campeón de Asia, pero que todavía le queda camino para acercarse a los dirigidos por Nicolás Vives.
En definitiva el marcador cerró con un autoritario 25-19, otra vez colgado de los seis puntos de Jesús Herrera y la calidad de un hombre como Robertlandy Simón, soberbio con 71 por ciento de efectividad en el ataque y en definitiva el segundo mejor anotador cubano con 17 puntos en todo el partido, incluyendo cuatro bloqueos y dos aces.
Robertlandy Simón fue una verdadera fortaleza para Cuba. / Foto: Volleyball World.
En los cómputos generales solo Herrera terminó delante, con 22 anotaciones que lo consagran como una de las joyas del conjunto. A pesar de un tercer set pésimo, Miguel Ángel López logró recuperar confianza y acumuló 16 puntos para escoltar a sus compañeros. En las notas colectivas, Cuba también dominó en ataque y bloqueo, mientras igualó con Catar con cinco puntos en el servicio.
En sentido general fue un partido tranquilo para el equipo cubano, sostenido sobre dos pilares claves para el desempeño cubano: la potencia sobre la cancha y la serenidad para definir los momentos claves a su favor. En el tercer set se diluyó esa cualidad y sobrevino el bajón.
Cuando la selección antillana logra borrar esos altibajos iguala en calidad a muchos de los mejores del orbe. Solo le queda estabilizar ese rendimiento, asumirlo, aun cuando Catar no sea el mejor medidor para demostrar todo lo que Cuba puede hacer.
El líbero Yonder García también aportó con una efectividad del 75 por ciento en la defensa de campo. / Foto: Volleyball World.
Ante Japón, el siguiente y decisivo rival dentro del grupo, repetir la inestabilidad del tercer set, la ausencia de movimiento en la banca, la confianza y la exagerada cantidad de 35 errores no forzados —incluyendo 21 saques perdidos—, pueden ser fatales. De cara al posible ordenamiento para definir los cruces en octavos de final, habría que ver si ese set perdido no nos afeca demasiado.
No obstante, antes de llegar allí Cuba tendrá el desafío de Japón, derrotado este domingo por contundente 3-0 a manos de Brasil. Tras estos resultados, el grupo queda liderado por los auriverdes con cinco puntos, seguidos por los caribeños con cuatro y los asiáticos con tres.
Frente a los nipones para Cuba será clave mover mucho más rápido el balón, apelar a pases más rasantes, agredir con el saque y agrupar con velocidad sobre la net, elementos claves para enfrentar a un conjunto con una rigurosa defensa y un juego ágil.
Los criollos necesitan una victoria, aunque sea en cinco sets, para avanzar como segundos del grupo y evitar a grandes como Polonia, Estados Unidos o Francia en los primeros cruces. Para ambos conjuntos la suerte está echada.
#Volleyball | #Cuba vence 3-1 a #Catar 🇶🇦 en #WCH2022. Algo interesante👇
— DeporteCubano (@CubanoDeporte) August 28, 2022
🇨🇺 Mejores anotadores: Herrera (22), Simón (17) y López (16)
📍Efectividad de Simón al ataque: 71%
🚫 Cuba cometió 21 errores en servicio
😱 El opuesto Herrera tuvo eficiencia de 83% en defensa de campo pic.twitter.com/yU1GnKBHs6