Llegaba temprano en las mañanas y por lo general usaba uno de los bancos con vista hacia el Buró de Reservaciones del Grupo Hotelero Islazul, lo que le permitía espiar mejor cuanta moto eléctrica se detenía en esa sección del parque Serafín Sánchez de la ciudad cabecera.
Vestía camisa manga larga, gafas, nasobuco y gorra para que su rostro no fuera captado por las múltiples cámaras de seguridad instaladas en la zona y en principio lo logró, al menos durante dos meses.
La impunidad con la cual cometía los delitos le hizo creerse invencible y hasta invisible. Si no, ¿cómo explicar que sustraía las motorinas a plena luz del día y en la vía pública?
Vinculado al accionar delictivo de este individuo, entre mayo y junio del presente año, Sancti Spíritus mostró un incremento significativo en el registro de hechos de sustracción de ciclos eléctricos, concentrados en la ciudad cabecera provincial.
El parque era uno de sus lugares favoritos, pero también la zona del parqueo del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos y otras calles y lugares concurridos del municipio cabecera.
A veces seguía a pie al propietario de la moto eléctrica —una vez que este parqueaba— para cerciorarse de que estuviera ocupado en una cola o en el cajero automático. Entonces regresaba corriendo, forzaba el timón —porque el interior posee tan solo una fina lámina de calamina que, al ser girada en sentido contrario a la posición natural, parte el seguro— y la empujaba hasta un lugar apartado, donde luego la ponía en marcha al activar los circuitos eléctricos.
Así lo hizo durante los dos últimos meses, en los cuales sustrajo 10 motos eléctricas en la ciudad de Sancti Spíritus a personas tan confiadas que, al parquear, ni siquiera activaban el mecanismo de seguridad de los vehículos.
Pero en ocasiones la suerte no lo acompañaba, tal y como sucedió en la calle Bartolomé Masó, donde a un vecino que le pareció sospechosa la actitud de un hombre con semejante indumentaria, alertó al dueño de una motorina “a punto de caramelo”, quien corrió escaleras abajo para proteger lo suyo.
Sin embargo, el pasado 24 de junio, tras haber sustraído una moto eléctrica en los bajos del edificio Doce Plantas, transitaba por la Carretera Central cuando, como parte de una acción policial de rutina, un carro del Ministerio del Interior (Minint) le hizo señas para que se detuviera. Así lo hizo, pero al creerse descubierto abandonó la moto y se dio a la fuga, ocultándose entre la maleza del lugar para evitar ser capturado.
Como resultado de la labor criminalística in situ, se logró el levantamiento de una huella dérmica en la moto que resultó corresponder a un ciudadano residente en la provincia de Ciego de Ávila, ante lo cual se procedió a su detención y conducción hasta la Unidad Provincial de Investigación Criminal de Sancti Spíritus.
Una vez allí, reconoció ser el autor de los hechos, todos denunciados, y brindó detalles de su ejecución que coincidieron con los elementos recopilados en la investigación.
Con la participación de la Fiscalía y en correspondencia con las garantías procesales establecidas en la Constitución de la República y en la Ley del Proceso Penal (Ley No. 143/2021), dicho ciudadano accedió voluntariamente a ubicar y reconstruir los hechos y en estos momentos le fue impuesta la medida cautelar de prisión provisional.
Se trata de un individuo de 38 años de edad, desocupado y con antecedentes de haber sido procesado por delitos de robo con fuerza y hurtos.
Según el Órgano de Investigación Criminal del Minint en Sancti Spíritus, el imputado sustraía con facilidad las motos eléctricas y luego procedía a su traslado hasta Ciego de Ávila, donde las entregaba a otro ciudadano para su comercialización en el mercado negro.
Este otro individuo, de 35 años de edad, también desocupado y con antecedentes penales, fue detenido y trasladado hasta Sancti Spíritus. Contra ambos se inició el proceso de instrucción por los presuntos delitos de robo con fuerza y hurto de carácter continuado.
Al cierre de la información se habían recuperado dos de las 10 motos eléctricas sustraídas y continuaba el proceso investigativo y de instrucción con la finalidad de recobrar la totalidad de las motos eléctricas.
En un anterior reportaje publicado por Escambray, el mayor Yéster Reyes Marrero, primer oficial de la jefatura de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en el territorio, explicaba que este delito tiene incidencia en varios municipios de la provincia, aunque la mayoría se reportan en Sancti Spíritus, Cabaiguán, Jatibonico y Trinidad. El oficial llamó la atención de padres que permiten a sus hijos menores de edad, con pocas habilidades para el manejo y cuidado de la moto eléctrica, circular por lugares poco frecuentados o centros educativos, “donde parquean en áreas con escasa seguridad y de esto se aprovecha el delincuente”, dijo.
(Tomado de Escambray)