Hace ya varios días la Uneac está de plácemes porque acaba de celebrar, el pasado día 12, el aniversario 35 de creado su Comité Provincial. Y para toda la sociedad pinareña este es un cumpleaños que merece se celebre en grande, porque implica o involucra a toda su ciudadanía.
Su membresía siempre ha mostrado un palpable sentido de pertenencia y pertinencia: lo primero porque en todo momento se ha sentido parte del pueblo, y lo segundo, por esa diáfana visión de su proyección de trabajo, en la que considera como primordial razón de existir precisamente el impacto que pueda conseguir en cada una de sus acciones. Nada más ajeno que la consabida concepción elitista que en otras sociedades caracteriza a una agrupación de escritores y artistas.
El pasado reciente, signado por una cruel pandemia y la propia recuperación de los efectos devastadores del huracán Ian, en la que todavía estamos ocupados, nos permite corroborar las ideas anteriores, ya que este gremio ha desarrollado un grupo de actividades dirigidas no solo al crecimiento espiritual, sino también de índole material, digamos donativos a la población más necesitada y vulnerable, así como jornadas de apoyo constructivo y productivo.
Se trata, pues, de un cumpleaños celebrado con mucho trabajo, con una vitalidad que pudiera callar al más escéptico, lo que destaca por el significado fundacional del festejo. Claro que al acercarse la fecha se ha concebido un intenso programa que ha tenido como anticipo un proceso de crecimiento con resultados muy estimulantes al reflejar las potencialidades reales que Pinar del Río posee en cuanto a talento artístico. Como se conoce en este ámbito no hay aval más convincente que la propia obra realizada.
Dos importantes exposiciones se han inaugurado esta semana: Kaballete en la Galería de Arte de Consolación del Sur y el Proyecto Farmacia en la propia sede de la organización. Los ecos en días pasados del evento En el Valle de la Pájara Pinta todavía resuenan en nuestros oídos al constituir una cita muy esperada como encuentro de escritores, ilustradores y editores de literatura infantil.
Variadas descargas musicales están animando el espacio que acaba de abrirse concebido como Bar-Cafetería de la Casa. Homenajes a destacados trovadores en el contexto de la declaración de la Trova como Patrimonio Cultural de la Nación, con motivo de sus 50 años. La entrega del sello 60 Aniversario de la Uneac, así como de los carnés a los nuevos ingresos, y otras distinciones a miembros e instituciones.
Otro momento que descuella será el otorgamiento de la beca Alcorta el próximo día 23 y La Vitrina “Un encuentro de las Artes Escénicas con sus públicos”, que se nos presenta como toda una jornada con presentaciones muy atractivas en las diferentes salas.
La editorial Cauce se ha integrado con tremendas energías a todos estos empeños y sobresale su liderazgo en la campaña denominada Un cauce a la biblioteca escolar, en coordinación con la Dirección Provincial de Educación, la que en breve plazo tendrá una notable repercusión en el nivel de lectura de las más jóvenes generaciones de pinareños.
No podemos omitir el apoyo a la brigada Marta Machado, liderada por el destacado artista de la plástica Kcho, y los talleres de crítica y pensamiento que desde hace mucho rato exhiben una línea ascendente en la organización y profundidad de sus debates.
Merecen una especial mención los diferentes espacios que cubren en la parrilla de programación de nuestra radio y televisión prestigiosos integrantes de esta organización, quizás el más joven sea Destino Mañana, de Tele Pinar, dedicado a la promoción de la cultura artística y literaria. También en el periódico Guerrillero publican artículos y comentarios con gran frecuencia sus afiliados.
El protagonismo es, entonces, indiscutible: así arriba a esta mayoría de edad. En su vida interna el sistemático y orgánico funcionamiento de las comisiones de trabajo son la garantía de un quehacer permanente, particularmente tres de estas: Educación, Cultura y Sociedad; Enseñanza Artística y Proyectos comunitarios. Esta última concreta esa intervención tan fecunda en las comunidades más necesitadas y abarca a todas las manifestaciones artísticas, desde el cine hasta la danza.
En lucha constante contra el seudoarte y como abanderada del buen gusto y el auténtico goce estético, la Uneac nos es imprescindible para encarar desde dentro la descolonización cultural que resulta el antídoto más efectivo para aplastar cualquier intento de dañar nuestra identidad nacional.
Vale, por tanto, el reconocimiento y la felicitación de todo el pueblo. En los 35 años que están por venir constataremos nuevos y superiores resultados. Apostamos por ello.