Ante la necesidad de recopilar la historia musical de Pinar del Río que se encontraba dispersa y en muchos casos perdida, el 14 de abril de 1998 se dan los primeros pasos para la creación del centro de documentación e información musical Argeliers León.
Desde entonces, su trabajo ha estado dirigido fundamentalmente hacia el rescate del patrimonio musical, la investigación y los servicios, con resultados investigativos que pudieran encerrarse en dos campos fundamentales: procesos de creación musical y hechos artísticos, que a partir de su introducción, a instancias del centro Miguelito Cuní, hoy Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos, se han revitalizado en el territorio como tradiciones que por su arraigo en la sociedad rebasan su tiempo para alcanzar una nueva dimensión, aceptada por las nuevas generaciones que valoran su proyección cultural.
La seriedad del trabajo de rescate y conservación, así como el respeto a los coleccionistas y colaboradores, contribuyeron rápidamente al incremento de los fondos que hoy incluyen miles de exponentes.
Partituras, fonogramas, instrumentos, reproductores musicales, vestuario y documentos de diversos tipos: iconográficos, hemerográficos, manuscritos e impresos han sido procesados en correspondencia con las necesidades de los servicios, las particularidades de los materiales y la experiencia adquirida a partir del intercambio con otros centros.
Una de las primeras dificultades enfrentadas desde la creación del «Argeliers León» ha sido precisamente su categorización a partir de la misión cultural que debía asumir en el contexto de las instituciones del sistema de la Música, pues se debatía entre los conceptos de biblioteca especializada, centro de documentación o museo de la música, siendo este último, el que más se avenía a los propósitos con los que fuera concebido.
De igual forma, resultó determinante la concepción del equipo de trabajo en el que confluyeran los conocimientos de tres ramas imprescindibles para una labor como esta: museología, bibliotecología y musicología, en función de lograr un funcionamiento efectivo encaminado al rescate, preservación y difusión en primer lugar del patrimonio local.
Con la premisa de que los museos desempeñan un importante papel en la preservación del patrimonio cultural, se inició la labor de coleccionismo que hoy muestra sus frutos en la institución.
Estas agrupaciones de objetos o documentos deben mantener su dinamismo sin perder los rasgos que las identifican a partir de su descontextualización y recontextualización, al ponerse en contacto de nuevo con la comunidad que le dio origen a través de la difusión o comunicación social de los bienes que atesora.
Entre las colecciones o fondos personales que integran hoy el patrimonio museable del centro se incluyen documentos y objetos relacionados con creadores reconocidos en la provincia, el país o el extranjero como es el caso de Pedro Junco, Aldo Carrazana, Néstor Pinelo Cruz, Polo Montañez, José Miguel Caleyo, Francisco Valdés González, Jacobo González Rubalcaba (todos compositores e intérpretes pinareños con excepción de los tres últimos, quienes nacieron en el centro de la Isla pero desarrollaron su labor profesional en el territorio).
Estos fondos están integrados por diferentes objetos y un considerable número de partituras, lo que facilita la realización de estudios sobre su obra o la repercusión de esta en el ámbito musical.
También resalta la colección Rita Montaner, posiblemente la de mayor cantidad de piezas relacionadas con la artista en una institución oficial del país.
Otras colecciones de gran valor patrimonial que poseen son las partituras de la orquesta acompañante del Teatro Lírico; las pertenecientes a Amadeo Roldán y Gonzalo Roig y la del regimiento militar Rius Rivera que ha derivado en otras de menor cantidad de exponentes como las de la Banda de Mantua o la Banda Provincial de Concierto, esta a partir de 1959, todas conformadas por partituras manuscritas e impresas con anotaciones, cuños y enmiendas propias de la manipulación de los artistas.
En el aniversario 102 del natalicio del gran musicólogo, compositor, etnólogo y pedagogo que fue Argeliers León Pérez, el centro vueltabajero que ostenta su nombre salvaguarda el patrimonio musical cubano como continuidad del legado indiscutible que dejó.