Juan Guillermo Díaz Fuerte nació el 31 de enero de 1949. Es un técnico al más alto nivel, conoce todos los detalles de la pelota. Su sapiencia tiene mucho que ver con los resultados del béisbol pinareño. Uno de los cinco “fajardistas” que llegaron a inicios de la década del setenta, para ayudar a elevar el nivel de la pelota vueltabajera, en unión de entrenadores con experiencia.
Los jóvenes aportaron la ciencia, aprendida en las aulas de la Escuela Superior de Educación Física (ESEF). Charles, Catibo, Jorgito Hernández y Jorge Fuentes, se graduaron en el tercer año de creada esa institución, en el curso C. Manolo Cortina lo hizo un año después. Los cinco se unieron y conformaron un team work. Antes de entrenador, Charles fue un buen defensor del campo corto, tercera y camarero, posición en la que debutó en la VIII Serie con Vegueros.
Él y yo jugábamos en diferentes zonas, pero nos uníamos en los torneos provinciales. En más de una ocasión hicimos combinaciones alrededor de segunda. Yo jugaba como camarero por Minas de Matahambre y Charles en el short, con los Tabacaleros.
Descolló como un capitán natural. Alguna vez hicimos una que otra jugada para archivar, como aquel double play en San Juan y Martínez, donde voló sobre la base cuando le di la bola desde una incómoda posición. El público adverso aplaudió y la anotamos entre dobles signos de admiración, como decía el inolvidable Bobby Salamanca. Charles se despidió como jugador en la XI Serie, con Pinar del Río.
Estuvimos juntos en el entrenamiento, y a partir de la XII integró la dirección de Vegueros, capitaneado por Catibo, pero tenía otro destino. Su dominio del juego lo llevó a dirigir Pinar del Río en la XIII. Tuvo el honor de comandar, en 1975, el primer conjunto pinareño en las Series Selectivas, las mismas que nunca debieron desaparecer. Con el tiempo se dedicó más a entrenar equipos y captar talentos.
Está considerado entre los mejores preparadores del país. Las cosas no siempre salen como uno las quiere, son muchos poquitos a tener en cuenta. El entrenador que no conozca Psicología, nada tiene que hacer. Él es de los más estudiosos, conoce los mínimos detalles. Sin excepción, sus compañeros lo reconocen como muy capaz.
A primera vista, Charles ofrece una impresión de seriedad, pero es un jodedor cubano, con criterios sostenidos contra viento y marea. En ocasiones hemos discutido, pero él es más técnico, generalmente tiene la razón. De muchacho admiró a Tony Taylor, mi favorito, después a Tony González, así como a Rey Vicente Anglada, quien jugó con él una que otra vez, después fue su rival, también como directores.
Ha colaborado en varios países. En la eterna Florencia, cuna del Renacimiento, lo ha hecho por más de un decenio. Hombre casero, en primeras nupcias fundó una linda familia hace muchos años, de donde brotaron Juan Carlos, quien también jugó en Series Nacionales y Mayté, Dra. en Medicina. Ya es abuelo, ¿será pelotero?
Me transporto a una noche cualquiera de la década del setenta y veo, sentados detrás de la malla, a Yeyo Díaz, con pelo negro a pesar de los años, y a Hilda Fuerte, seria y de pelo blanco, que bendecían la labor del hijo en el Capitán San Luis.
(Tomado del libro Un Novato en la XI Serie, del autor de este trabajo, en proceso de edición).