Hugo Chávez Frías, cumpliría 70 años este 28 de julio. Fidel Castro lo describió como “el mejor amigo que haya tenido el pueblo cubano”. La relación entre ambos líderes se caracterizó por una conexión profunda y sin precedentes, marcada por la empatía, la solidaridad y la colaboración en momentos claves de la historia latinoamericana.
Su amistad se convirtió en un símbolo de unidad y hermandad entre Venezuela y Cuba, inspirando a muchos con su ejemplo de cooperación y apoyo mutuo.
Su primer encuentro fue aquel inolvidable 13 de diciembre de 1994, cuando el Comandante Hugo Chávez llegó a Cuba y se encontró con la grata sorpresa de ver a Fidel esperándolo al pie de la escalera del avión para recibirlo con un cálido abrazo.
Al día siguiente, Chávez impartió una conferencia en la Universidad de La Habana, donde expresó con fervor sus ideas y planes de cambio para Venezuela. Sobre aquel viaje dijo: “Fue mi primera visita física a Cuba, ya que en sueños, los jóvenes latinoamericanos hemos venido muchas veces”.
Incontables momentos vivieron juntos después de aquél histórico encuentro. Aquella amistad era única, familiar, tanta era la camaradería que Chávez en una ocasión recordó cómo fue que le tiró piedras a Fidel para llamar su atención:
“¿Tú sabes ese cuento? Yo le tiré piedras a Fidel, duro, ¿verdad?, porque no quería dejar de hablar. El sol se ocultaba. El presidente Fernando Henrique y yo teníamos que ir a Boa Vista en helicóptero. Y Fidel habla que habla. Estaba dando una clase de la soya y de la vaca mecánica, aquella que Brasil le mandó una vez a Cuba, que no sé cuántos litros de soya producía. Bueno, él estaba dando una clase, una señora clase. Pero es que el tiempo no daba, y yo empiezo a tirarle piedritas. ¡Paqui!, le pegaba. Hasta que le pegué en un tobillo y le dolió, porque dejó de hablar. Estaba cumpliendo años Fidel ese día, setenta y cinco años. Fue un 13 de agosto”.
También Fidel le brindaría su apoyo en los momentos de incertidumbre qué vivió el comandante bolivariano. En una oportunidad, Chávez explicó:
“A veces uno aguanta calla’o, pero hay momentos que no aguanta más. Por casualidad, Fidel se enteró de que yo estaba en un chinchorro, echa’o, como decimos en el llano. Creo que andaba también enfermo un poco del alma, después del golpe y todos aquellos largos días de mucha tensión. Hay un momento en el cual yo enfermé, ¡pum!, un día, dos días, tres días, y Fidel mandó uno de sus médicos que tiene con él muchos años, y otro grupo más. Les dijo: “Ustedes no se vienen de allá hasta que Chávez no se pare del chinchorro ese que tiene guindado”. Y llegaron: “Que tenemos una orden, no nos vamos de aquí hasta que usted…” Bueno, me levanté a los pocos días.”
Otra anécdota contada por Chávez que ilustra cómo Fidel estaba tan atento a los detalles que incluso notó cuando estaba experimentando molestias en una muela durante un Aló Presidente. A pesar de que Chávez intentaba ocultar su malestar, Fidel se dio cuenta de que algo no estaba bien y tomó medidas para averiguar qué le sucedía:
“Fidel seguro nos está viendo. Fidel no nos pela. Fidel nos observa tanto que el año pasado tuve un problemita en una muela, por aquí. Pero ustedes saben que yo no puedo pararme. A veces ustedes me ven aquí sentado y no saben las procesiones que uno carga por dentro. Pero tengo que estar siempre aquí y siempre con ustedes, hasta que Dios quiera. Entonces yo andaba con un dolor, una molestia que duró como una semana. Fidel se dio cuenta y preguntó allá: “¿Qué le pasa a Chávez?”. “¿Qué le pasa a Chávez que anda con una risa rara?”. Y mandó a buscar fotos y un video. “Algo le pasa a Chávez”. Bueno, llamó para acá y como aquí está Barrio Adentro. “¿Qué?, explíquenme”. Por fin le explicaron que es una muela, que no aguanta la muela, que no sé qué más. Allá está Fidel”.
Para el líder de la Revolución cubana, Chávez era “un verdadero revolucionario, pensador profundo, sincero, valiente e incansable trabajador” y también sería absuelto por la historia. Para Chávez aquella premonición tuvo un gran significado, emocionado rememoró en una ocasión:
“Tú dijiste en el discurso del 26 de julio, precisamente comentando que nos acusan a ti y a mí de desestabilizar el continente, de andar haciendo travesuras, nos condenan. Rememorando tu discurso, tu defensa, dijiste: “Si el presidente Chávez lo aprueba, respondo”. Y afirmaste: “No importa, condenadnos, ¡la historia nos absolverá!”. Yo quiero, a nombre de todo el pueblo venezolano, y desde mi alma, decirte que me honras con todo eso. Pero al mismo tiempo, decirte que, tú, Fidel, dijiste aquello cuando yo no había nacido. Ahora tú me has incorporado. Como hacía aquel personaje de la novela de García Márquez, “Cien años de soledad”, José Arcadio Buendía: inventó la máquina del tiempo inventó un rayo como un arma de guerra y fundó Macondo. Bueno, tú inventaste la máquina del tiempo y me metiste a mí, cuando yo no había nacido. Pero más que eso debo decir lo siguiente, en justicia, aunque tú lo apruebes o no lo apruebes. Tú dijiste eso hace cincuenta y dos años, ve, yo tengo cincuenta y uno. ¡Ajá! Estaba preñada mi mamá cuando tú dijiste eso.
Fidel Castro tuvo razón hace cincuenta y dos años. Fidel Castro ya ha sido absuelto por la historia, ¡pero yo no! ¡Ojalá, Dios quiera! Ojalá pudiera sentir algún día que he sido merecedor de esa frase de Fidel Castro, y como humilde soldado que es lo que soy en esencia. Por eso me traje mi uniforme de campaña, para compartir este día contigo, porque este es un día de esencias, y yo, en esencia, lo que soy es un soldado. Ojalá que este humilde soldado, campesino que soy, algún día pueda ser absuelto por la historia, por los pueblos, estar a la altura de la esperanza y del amor de un pueblo.”
Pero Fidel no sé equivocó el carisma y estilo en el liderazgo de Chávez lo convirtieron en una figura que haría historia en Venezuela y en la región, ganándose el apoyo y el cariño de los pueblos.
Durante su presidencia, implementó programas sociales que beneficiaron a los sectores más desfavorecidos de la sociedad venezolana, proporcionando acceso a la educación, la salud y otros servicios básicos. Fue tan querido que aún cuesta creer que no está entre nosotros. Chávez, como Fidel, también fue absuelto por la historia.
En video, Chávez y Fidel hasta siempre
Referencias:
Reflexión de Fidel Castro: “Perdimos nuestro mejor amigo”, 11 de marzo de 2013
Reflexión de Fidel Castro: “La revolución bolivariana y la paz”, 18 de noviembre de 2009
Libro Cuentos del Arañero, de los periodistas cubanos Orlando Oramas y Jorge Legañoa, publicado en 2012