A la nación que se regodea en intentos por indicar cómo debe funcionar el mundo, cual su dueña, y se siente confiada de su liderazgo en la economía internacional, en los últimos tiempos algo le atormenta el sueño más de lo normal: China.
La consolidación del gigante asiático en el mercado mundial ejerce una presión notable en el Gobierno estadounidense, el cual apostó a una jugada arriesgada que, de funcionar, podría devolver a sus dominios a los jóvenes de la Generación z absortos con TikTok, donde confluyen 1 582 millones de usuarios activos al mes en todo el mundo, con Estados Unidos a la cabeza.
El 20 de abril, la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó una ley que, en unos
meses, podría hacer desaparecer a TikTok de ese país, pues busca la prohibición nacional de la famosa plataforma de videos cortos, a menos que su propietaria, la empresa china ByteDance, venda la aplicación.
La legislación otorga a ByteDance un tiempo de hasta nueve meses para concluir el cambio de dueño, lo que podría ser obstaculizado con una reciente demanda legal de la empresa china en contra del Departamento de Justicia estadounidense, informó el periódico La Jornada.
Lo curioso de este hecho es que la aplicación, única no proveniente de EE. UU. entre las cinco de mayor impacto internacional, es utilizada por más de 170 millones de estadounidenses, es decir, tiene demasiado éxito para el gusto de la Casa Blanca, por lo que necesitaba una justificación para frenar su expansión.
¿La solución? Digna de sus artimañas, se respalda en la «protección» de los datos de millones de sus ciudadanos, aunque todo es parte de su viejo «juego» de poder.
Ahora la reyerta es «por una aplicación», lo que podría parecer casi un juego de niños si no fuera solo una de las tantas sanciones que Washington pone en función de China, hacia donde las medidas se han acrecentado en las áreas tecnológicas, como es el caso de la producción de microchips, estrategia que tiende a ser poco efectiva y tan solo motiva a China a la superación.
¿Qué está pasando en el país asiático para que la nación estadounidense haya acelerado sus maniobras de bloqueo… una vez más?
El pasado año, el Instituto de Política Estratégica Australiano (ASPI) reveló en un informe que China ha superado a Estados Unidos en el desarrollo de tecnologías críticas y emergentes, liderando en 37 de 44 tecnologías claves.
Ya no se trata de hacer copias baratas y de mala calidad, que era como se describían los productos chinos hace algunos años. Ahora hablamos de un despunte en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología, la energía renovable y la tecnología espacial, hoy fundamentales para el desarrollo económico y la seguridad nacional de un país.
El informe destaca que el Gobierno chino ha invertido más del 2,2 % de su PIB en investigación y desarrollo, lo que supera la media de la Unión Europea y se acerca a la de EE. UU. que, junto a la creación de incentivos para la inversión de empresas, impulsan al país a la vanguardia tecnológica.
El ASPI proyecta a China como líder en el ámbito de la ciencia en un futuro cercano, lo que podría repercutir significativamente en cómo se moverá el mundo económicamente.
Esto a su vez representa para Occidente una creciente preocupación, y supone buscar la manera de eliminar de la competición a quien se le interponga en su camino.