El Ministerio de Exteriores de China anunció este lunes que Pekín aplicará sanciones contra 11 funcionarios estadounidenses, entre los que destacan los senadores Ted Cruz y Marco Rubio. Asimismo, los senadores Tom Cotton y Pat Toomey; el congresista Chris Smith; el presidente de la Fundación Nacional para la Democracia, Carl Gershman: el presidente de Freedom House, Michael Abramowitz, y el director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, también fueron incluidos en “lista negra”.
La medida, que entrará en vigor a partir de este mismo lunes, se produce en respuesta a la decisión tomada por Washington el pasado viernes de imponer sanciones contra 11 funcionarios chinos y de Hong Kong a quienes acusa de restringir las libertades políticas en esta región administrativa especial china.
“En respuesta al comportamiento incorrecto de Estados Unidos, China ha decidido imponer sanciones a aquellas personas que se comportaron mal en asuntos relacionados con Hong Kong”, dijo el portavoz del ministerio, Zhao Lijian, en una sesión informativa en Pekín, sin especificar en qué consistirían las sanciones.
Entre las personas sancionadas por EE.UU. se encuentran Carrie Lam, la jefa ejecutiva de Hong Kong; el comisario de Policía, Chris Tang; el secretario de Seguridad, John Lee, y la secretaria de Justicia, Teresa Cheng. Las medidas congelan cualquier activo estadounidense de los funcionarios implicados y prohíben a los ciudadanos del país norteamericano hacer negocios con ellos.
“Estados Unidos apoya al pueblo de Hong Kong y utilizaremos nuestras herramientas y autoridades para apuntar a aquellos que socaven su autonomía”, declaró el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. explicó que las sanciones fueron impuestas “por socavar la autonomía de Hong Kong y restringir la libertad de expresión o reunión de los ciudadanos” durante las manifestaciones del año pasado, donde las multitudes se pronunciaban en contra la de ley de Seguridad Nacional.
La respuesta de Hong Kong
Por su parte, Hong Kong respondió el sábado al paso de EE.UU y calificó de “excusa poco convincente” el argumento del Gobierno norteamericano para instaurar las restricciones, advirtiendo que servirá para profundizar la brecha entre Pekín y Washington.
“La última medida del Gobierno de EE.UU. representa una interferencia descarada y bárbara en los asuntos internos de la República Popular China (RPC), utilizando a Hong Kong como un peón en su táctica para crear problemas en la relación China-EE.UU., por los intereses egoístas de algunos políticos estadounidenses”, declaró un portavoz del Gobierno hongkonés a través de comunicado.
Mientras tanto, el jefe de Policía de la ciudad, Chris Tang, también rechazó la medida.“Defender la seguridad nacional y la seguridad de Hong Kong es mi responsabilidad y mi honor. Las sanciones de países extranjeros no significan absolutamente nada para mí”, comentó el funcionario.