desarrollo del país. De ahí la importancia de que estudiantes y profesores se vinculen cada vez más a iniciativas de este tipo que sustenten la transformación en todos los ámbitos de la sociedad.
La Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca, se alzó este año con tres ganadores del premio nacional que otorga el Citma a estudiantes investigadores, jóvenes investigadores y jóvenes tecnólogos, en reconocimiento a su trayectoria científica.
LA EDUCACIÓN, LA RADIO, LA CIENCIA
Con solo 33 años, Yosmany Ventura es doctor en Ciencias de la Educación, y además de desempeñarse como vicedecano de Investigación y Posgrado en la UPR, preside el Consejo Provincial de las Ciencias Sociales y Humanísticas en la Delegación Territorial del Citma en Pinar del Río.
El pasado año, el reconocido locutor y director de programas de la radio pinareña, recibía Mención en la categoría de Joven Investigador. En aquella ocasión expresaba la emoción de haber obtenido un lauro tan importante, que no solo sentía como suyo, sino de todo aquel que ha contribuido a su formación.
Esta vez, el galardón fue superior, pues se alzó con el premio en la misma categoría por su labor científica durante 2023.
El proceso de educación estética en los estudiantes universitarios ha sido, por varios años, la investigación principal de Yosmany, como una demanda de los objetivos y contenidos de la política educacional cubana.
“Para contribuir a este, he aportado una mirada necesaria a los medios de comunicación masiva, en particular a la radio, donde me desempeño como artista. A la par, en 2019, comencé una investigación relacionada con los procesos comunicativos de la escritura, pues soy profesor de Lingüística en la Universidad pinareña.
“De ella y del vínculo de la Universidad con la emisora, se aportó un sistema de programas televisivos para el tratamiento y la ejercitación de contenidos ortográficos, que fue muy útil durante los tiempos de la Covid-19, ya que fueron transmitidos por el Canal Educativo y por Tele Pinar.
“En un principio los creé para los dispositivos móviles, y me sorprendió mucho que la app La Mochila, así como la televisión, los acogieran muy bien. Aún se siguen introduciendo en la práctica educativa. Además, he tenido otras investigaciones publicadas en revistas científicas y libros en el extranjero”.
Sin embargo, para un joven investigador el camino a seguir no está exento de retos, por ello es vital contar con el estímulo desde que se dan los primeros pasos.
“Pienso que la tecnología es un gran desafío. Se encarece el trabajo cuando no posees dispositivos para una adecuada navegación en internet o para crear. En muchos casos, los estudiantes o los jóvenes que nos iniciamos, no recibimos una remuneración como para adquirir tecnologías. Otra cuestión es la emigración hacia el extranjero o hacia otros sectores en los que se retribuye mejor una actividad que no lleva tanto empeño como hacer ciencia.
“Por otra parte, desde que somos estudiantes se nos abren muchas puertas en el ámbito investigativo. Con todo el proceso que se ejecuta como parte del Sistema de Gestión de Gobierno basado en Ciencia e Innovación (SGGCI), cada vez es más recurrente que cuenten con los jóvenes, y eso es algo que emociona, compromete y estimula”.
MIRAR AL CAMPO CON VISIÓN DE FUTURO
Miguel Antonio Sarmiento Gómez fue el mejor graduado del plan de estudios D en la más reciente graduación de la UPR. Desde los primeros años de su carrera, en la Facultad de Agronomía de Montaña en San Andrés (Famsa), se vinculó al grupo científico estudiantil.
Su trayectoria en investigaciones encaminadas a contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria le valieron para que fuera reconocido con el premio nacional a estudiante investigador en el área de Ciencias Agropecuarias.
“Con la participación en el Movimiento Sembrar Con-Ciencia, se identificaron potencialidades en la extensión de prácticas empíricas agroecológicas y productores que por sus condiciones y aptitudes son puertas de entrada a las nuevas prácticas y tecnologías.
“Luego, con la tutoría del doctor en Ciencias Armando Rodríguez Villalobos, se identificaron las buenas prácticas a extender, los productores líderes y las fincas-escuelas donde se llevaría a cabo un proceso de capacitación”.
Para Sarmiento Gómez, las nuevas tecnologías informáticas son vías para poder cuidar el medio ambiente, a la vez que permiten aprender, ahorrar tiempo y recursos.
“En nuestro caso fue desarrollado un paquete de multimedia sobre los granos principales que incluye, por el momento, el maíz y el frijol, con el objetivo de facilitar la diseminación del conocimiento sobre estos granos, aprovechando el creciente desarrollo cultural de las nuevas tecnologías de la información.
Logramos unas multimedias interactivas, atractivas y de utilización sobre cualquier sistema operativo de Windows conocido, además, introduce a los usuarios a la mayor práctica de técnicas agroecológicas y a las más respetuosas con el medio ambiente.
Para este joven, procedente de una familia de profesores, la Agronomía le apasionó al descubrir las oportunidades investigativas que ofrece y la posibilidad de apreciar los resultados en la práctica.
Su meta es superarse, integrar el claustro de profesores de la Famsa en La Palma, hacer maestría, doctorado y seguir aportando a las ciencias agropecuarias.
“Las investigaciones científicas realizadas por jóvenes son sumamente importantes, pues por la curiosidad innata de la juventud, se pueden identificar problemas que escapan a otros puntos de vista. Dedicarse a la ciencia lleva grandes cantidades de pasión y compromiso”.