A partir de la aprobación el pasado 22 de julio del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, primero de su tipo en la historia del país, comenzará su implementación y despliegue territorial, incluyendo evaluaciones económicas, así como mecanismos de monitoreo que permitan su revisión constante.
Según una nota oficial de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el plan de acción contempla la sinergia entre esfuerzos nacionales y cooperación internacional, y para su concepción contó con la participación de 22 ministerios, 11 grupos empresariales, 25 entidades de ciencia, tecnología e innovación, 10 organizaciones de la sociedad civil y cinco organismos internacionales.
Entre los temas estratégicos identificados destacan la necesidad de disminuir la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos y garantizar la calidad e inocuidad y disminución de las pérdidas y desperdicios de alimentos.
Asimismo, se prevé consolidar los sistemas alimentarios locales y movilizar los sistemas educacionales, de la cultura y de la comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional.
Marcelo Resende, representante de la FAO en la Mayor de las Antillas refirió que este plan es un gran esfuerzo que le permitirá a Cuba mantener sus logros en materia de seguridad alimentaria y nutricional y enfrentar desafíos como el autoabastecimiento y el aumento del sobrepeso en la población.
Por su parte, Frei Betto, asesor de la Organización, reforzó la necesidad de la participación popular en el plan, para que el pueblo no se sienta beneficiario, sino protagonista, y porque la educación nutricional involucra a todos.
En marzo de 2019 tuvo lugar el primer encuentro intersectorial que impulsó la elaboración del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional. Un año después se analizó la propuesta y se enriqueció durante una reunión dirigida por el presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el Primer Ministro, Manuel Marrero.