El tan esperado encuentro anual de las Artes Escénicas con sus públicos tuvo su apertura el pasado martes 5 con el concierto Nace un artista, que tuvo como protagonista a la solista Daniela Reinoso, de la Unidad Artística Docente, perteneciente a la Compañía de Teatro Lírico Ernesto Lecuona.
Fue un buen inicio porque la intérprete presentó lo que constituyó el ejercicio de su Tesis de graduación en la Especialidad, lo que representa una gran novedad y conceptualmente la idea permitió mostrar precisamente cómo se garantiza la formación y preparación de los nuevos valores en estas lides. Dicho de otra manera: la Jornada toma como punto de inicio un espectáculo que asegura la continuidad.
La Casona del Lírico fue la sede de esta feliz iniciativa, la cual rompió esquemas y nos deleitó con una práctica académica que se abre para convertirse en incuestionable hecho artístico, con una proyección más integradora, en la que el canto se siente respaldado no solo por la música sino también con esbozos de actuación, algo tan importante para el profesional de este género que reclama integralidad.
El programa de esta edición de La Vitrina se ha pensado con mucho tino, lo que se percibe tanto por la variedad de locaciones como por la diversidad en los horarios. Se ha escuchado el reclamo de ajustar las presentaciones para horas más tempranas con vistas a aliviar las molestias que en el contexto que vivimos provoca la nocturnidad, sobre todo por las limitaciones en el transporte citadino.
Seguiremos el comportamiento de este evento que se extiende hasta el día 12 y que mantendrá a nuestra ciudad con un ajetreo muy saludable. Se esperan invitados de lujo, que junto a la presencia pinareña, darán rigor y realce.