Frente a las tensiones económicas por las que atraviesa el país, con una industria desabastecida de materias primas para garantizar la demanda alimenticia del pueblo, es loable reconocer los esfuerzos del Ministerio de Comercio Interior en Cuba (Mincin), que ha garantizado la distribución de la canasta familiar normada a todos los consumidores en el año en curso.
A ello se suman las donaciones solidarias, recibidas por países amigos, de arroz, azúcar, enlatados, granos y pastas alimenticias, por citar algunos módulos que se distribuyen en el mes de junio y que, por tercera ocasión, llegan a cada núcleo en Pinar del Río.
Actualmente, y hasta que las condiciones lo precisen, todas las provincias están subordinadas a la distribución aprobada por el país para los bienes limitados de primera necesidad, como el aceite, café, huevo, arroz y aseo. Como política, se priorizan grupos sociales y comunidades vulnerables, entre los que destacan niños, embarazadas, enfermos con dietas, encamados y comunidades del Plan Turquino.
En actual mes, por ejemplo, se determinaron cinco huevos, un paquete de café percápita y siete libras de arroz para todos, sin variación para el resto de insumos como aceite, azúcar y granos. Se garantizó la leche en polvo para gestantes, menores de siete años y otros infantes y jóvenes con enfermedades crónicas, sin embargo, no se pudo cumplir con la distribución de sal correspondiente al trimestre, deuda que se estima saldar en los próximos días.
Para el acceso a los productos liberados producidos por las industrias en Vueltabajo, se aplica la estrategia municipal coordinada por el Programa de Distribución de Alimentos de los gobiernos locales, donde se anticipan consejos populares vulnerables, desde principios equitativos. Con la misma política, se asignan otras mercancías que no abastecen a la totalidad, como el detergente líquido, por citar alguno.
Según las producciones se amplían los márgenes de comercialización, tal es el caso del picadillo condimentado que elabora Venegas en estos momentos, en cantidad suficiente para destinar un kilogramo a cada núcleo de la provincia, por valor de 100 pesos. Pinar del Río, Sandino, Viñales y Minas de Matahambre ya pueden dar fe de su calidad, y el resto de los municipios serán beneficiados inmediatamente, reportó Yamira Acosta Rodríguez, directora de Comercio de Venta Minorista del Grupo Empresarial.
“Así mismo se venden las producciones a base de semilla de soya del Combinado Lácteo, las de Pescarío y Epicol, todas inferiores a la demanda de la población, razón que ha convertido al gobierno en el decisor de los destinos de los productos y a la bodega en la unidad de gestión y control de la política distributiva de la provincia”, alegó.
Sobre la venta de cigarros, una de las mayores inquietudes de la población en la actualidad, la funcionaria aclaró: “La distribución del producto depende de las dinámicas de la industria tabacalera y la cantidad que le compre la Empresa Mayorista. A Comercio le asignan una cuota que dividimos entre la cantidad de núcleos de la provincia. Por ello es que fluctúa, aunque vale la pena resaltar que no es el cigarro un producto priorizado del comercio minorista. En el mes de junio, todas las familias se beneficiaron con dos cajetillas, y con tres los consumidores del muncipio cabecera”.
El ciclo del cigarro en la bodega es de una semana, lo que obedece al pronto pago en efectivo que Comercio tiene que hacer a la empresa mayorista, para lo cual se precisa de agilidad en la comercialización.
En otro orden, las ventas por programas priorizados como los uniformes escolares, canastillas y atención a encamados, se mantienen en todos los municipios. Recientemente se asignan a embarazadas cunas, módulos textiles, percheros, jaboneras y otros útiles, con prioridad para comunidades del Plan Turquino.
Frente a las tensiones económicas del Comercio Minorista en esta hora, la política del perfeccionamiento de las unidades impulsadas por el Mincin es una solución sostenible, al estimular las potencialidades para la autogestión. “Todas las unidades del comercio minorista cuentan con presupuesto para la compra directa a los productores. No es hora de sentarse a esperar lo que se descentraliza por el Estado, sino de salir a buscar lo que satisface a los vecinos, les hace más llevadera la cotidianidad”, sentenció Acosta Rodríguez.
En las bodegas pinareñas se expenden productos liberados como útiles del hogar, viandas, hortalizas, sazones, cárnicos, artículos de mantenimiento, medios de producción, entre otros de amplia variedad. Una nueva cultura se instala en el comercio minorista, subordinada a la localidad y pensada para aliviar los tropiezos del cubano en la gestión de la base material de la vida. Para el éxito, se requiere del avance de los proyectos de desarrollo, mayor productividad y gestión agropecuaria en función de la soberanía alimentaria, esfuerzos en los que se empeña Cuba hoy, desde el acompañamiento de la ciencia y la innovación.